Actualizado 03/05/2010 19:46

ACNUR dice que los países vecinos de Somalia ya sienten la carga de los desplazados

Somalia
UNICEF

MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Una delegación de alto nivel del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), encabezada por el Alto Comisionado Adjunto, Alexander Aleinikoff, ha visto de primera mano la prueba de la creciente tragedia humanitaria a la que se enfrentan miles de desplazados somalíes que, según Aleinikoff, suponen una carga para los países en los que se refugian.

Veinte años de violencia y anarquía han obligado al menos a dos millones de ciudadanos somalíes a huir de sus hogares para salvar su vida. El enfrentamiento actual en el centro y en el sur del país añade más desplazados que en ninguna otra parte del mundo.

Traumatizados y asustados, se refugian en zonas seguras del país o, si pueden, escapan a los países vecinos como Kenia, Etiopía, Yibuti y Yemen. "La carga para estos países es enorme", afirmó Aleinikoff, que subrayó que los responsables gubernamentales con los que se ha reunido han mostrado una ansiedad creciente por su capacidad para afrontar con un influjo masivo de refugiados con numerosas necesidades básicas.

Se espera que miles de somalíes crucen a Kenia este año y, si el enfrentamiento empeora, puede que huyan miles más. La mayor parte llegará a Dadaab, una "ciudad-campamento" que ya alberga tres campamentos de refugiados superpoblados, al menos 270.000 personas.

En todos los campamentos, los somalíes se unen a familias que han vivido en campamentos desde hace más de 20 años. "Si hubiese una petición procedente de los refugiados con los que me he reunido ha sido ésta: por favor, encuéntreme una nueva casa", afirmó Aleinikoff.

Para los que viven durante largos períodos en estos campamentos, la educación es uno de los servicios más demandados, pero se estima que sólo asiste la mitad de los menores a las clases que se proporcionan en los campamentos. "La esperanza es cara", indicó una representante de la agencia, Alison Oman. "Esta gente ha sido arrinconada, y necesitan herramientas vocacionales para que cuando regresen a Somalia puedan ser los médicos, ingenieros y maestros del futuro", añadió.

Durante una visita a la ciudad portuaria de Bossaso, en el norte de la región semiautónoma de Puntlandia, la delegación pudo ver las precarias condiciones en las que viven más de 60.000 somalíes, la mayor parte mujeres y niños, que se enfrentan a la escasez de comida.

ACNUR, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y otras agencias y ONG están ofreciendo ayuda, pero ésta es minima debido a las restricciones de seguridad. Algunas desplazadas ganan algo de dinero recogiendo basura en Bossaso y algunos hombres lo consiguen haciendo trabajos en el puerto, pero la mayor parte vive en una pobreza profunda, mientras prácticamente no hay asistencia médica y sólo un pequeño porcentaje de menores asiste a la escuela. "Si el enfrentamiento parara, todos regresaríamos", afirmó un anciano en el campamento de Bossaso.