Actualizado 01/03/2010 19:08

Amelia Valcárcel, Alicia Sanz y Purificación González reciben el 'Premio 8 de Marzo' de UGT


MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El sindicato UGT celebra hoy la XV Edición de sus 'Premios 8 de Marzo' que este año han recaído sobre la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED y Consejera de Estado, Amelia Valcárcel; la afiliada a la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT, Alicia Sanz Pascal; y Purificación González Oliva, trabajadora "que ha destacado por su lucha en la defensa de los derechos ante las situaciones de acoso sexual".

Según informó la organización, en esta decimoquinta edición, que será clausurada esta tarde por el secretario general de UGT, Cándido Méndez, se entregará a estas mujeres un "reconocimiento del Sindicato a personas que se han distinguido, a lo largo de su trayectoria personal, profesional y/o sindical, por la defensa y la reivindicación de la igualdad de derechos y oportunidades".

Siguendo este criterio, el jurado ha distinguido a Valcárcel por su trayectoria, a lo largo de la que ha participado en numerosos Proyectos de Investigación sobre filosofía, valores y posición de las mujeres. La catedrática es además, autora de una decena de libros, cincuenta capítulos en obras colectivas y más de cien artículos ha sido dos veces finalista del Premio Nacional de Ensayo con los libros Hegel y la Ética (1987) y Del miedo a la Igualdad (1993).

En cuanto a Alicia Sanz Pascal, afiliada a la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT desde 1986, el jurado lo ha otorgado por "su histórica e importante labor al frente de su Federación, en Navarra, así como por su compromiso social y político con los principios ideológicos del sindicato".

La también premiada Purificación González Oliva, afiliada de UGT, ha sido distinguida por "su lucha en la defensa de los derechos de las mujeres, y por su firme decisión de denuncia, ante las situaciones de acoso sexual, que sufren las trabajadoras". Según explicó el sindicato, fue despedida tras denunciar a su encargado por acoso sexual. Consiguió que su despido fuera declarado nulo y se condenara a la empresa a indemnizarla por daños morales.

"Su lucha ha sido larga y le ha supuesto un elevado coste personal y familiar, pero su esfuerzo de superación y su tenacidad para seguir adelante y reclamar sus derechos tiene y debe ser un ejemplo para todas aquellas mujeres, que pudieran estar sufriendo situaciones de acoso sexual y no se atreven a denunciarlo", explica el sindicato.