MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades marroquíes la apertura inmediata de una investigación sobre la muerte del saharaui de 14 años de edad Nayem Elgarhi, abatido a tiros el pasado 24 de octubre presuntamente por las fuerzas de seguridad marroquíes en las inmediaciones del campamento de protesta levantado a las afueras de El Aaiún.
"Los inquietantes detalles de este homicidio deben investigarse de manera inmediata y transparente", señala la organización de defensa de los Derechos Humanos.
"Marruecos tiene que demostrar que no ha infringido las normas de la ONU sobre el empleo de armas de fuego ni hecho uso excesivo de la fuerza al obstruir el acceso al campamento de protesta saharaui e impedir su abastecimiento y la comunicación con él", añade. Elgarhi viajaba junto a otros saharauis en un vehículo cargado con alimentos y agua destinados a los aproximadamente 20.000 acampados.
La hermana de Nayem, Saida, ha relatado a Amnistía Internacional que el muchacho murió casi inmediatamente después de ser alcanzado en el riñón por un disparo efectuado a corta distancia por militares marroquíes, cuando se encontraba en el automóvil, junto con seis personas más, en un control.
El Ministerio del Interior marroquí ha afirmado que el automóvil "atacó un control", y también que dispararon contra el control, aunque desde otro vehículo. Mientras, la familia dice que los ocupantes del automóvil estaban sentados cuando les dispararon, y que llevaban provisiones a unos parientes que tenían en el campamento de protesta.
Los demás ocupantes del automóvil resultaron heridos durante los disparos y luego fueron golpeados por la Policía marroquí, según el testimonio de Saida. Fueron trasladados a un hospital militar de El Aaiún, donde sus familiares los encontraron esposados a las camas cuando fueron a verlos al día siguiente. Uno ha sido detenido, y a dos se los han llevado para interrogarlos, denuncia AI.
Según la familia Elgarhi, las autoridades marroquíes lo enterraron al día siguiente por la tarde, sin permitir a su madre y sus hermanos ver el cadáver ni decirles dónde está la tumba.
El Ejército marroquí mantiene una fuerte presencia en torno al campamento, levantado el 9 de octubre por saharauis de El Aaiún y otras ciudades del Sáhara Occidental para exigir mejores oportunidades de trabajo y vivienda.
