Actualizado 06/06/2013 10:12

La audiencia de Granada revisa este jueves el recurso del padre de una posible niña robada contra el archivo de su caso

Eduardo Raya y su mujer, Gloria, frente a la Audiencia de Granada
EUROPA PRESS


GRANADA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Granada revisa este jueves el recurso de apelación que el padre de una posible niña robada del Hospital Clínico en 1990 y presidente de la Asociación de Afectados por Desaparición de Niños en Democracia (ADN-D), Eduardo Raya, presentó contra el archivo de su caso dictado en su día por Juzgado de Instrucción número 2 de Granada.

La casualidad ha querido que sea en la misma fecha en la que nació su hija, un 6 de junio de hace 23 años, lo que el padre afectado espera que le dé suerte en esta batalla que ha llevado hasta el Parlamento Europeo, una institución que recientemente se ha comprometido a estudiar su caso y que ha llevado a más de un centenar de familias a decidir presentar también ante la misma instancia una queja por la actuación en estos asuntos de la justicia española.

El caso de Raya fue denunciado por la Fiscalía ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Granada, que sin embargo dictó el sobreseimiento libre --definitivo-- del asunto, contra el que el padre afectado presentó recurso, en el que incluyó los informes de laboratorios que "vienen a acreditar" que los restos de la niña a la que dio sepultura al morir supuestamente tras el parto no tienen un ADN compatible con una hija biológica de su esposa, en contra de lo que dictaminó el Instituto Nacional de Toxicología, que no encontró ADN analizable.

En total, Raya cuenta con 12 informes que, según sostiene, evidencian que su hija le fue robada en el Hospital Clínico en 1990, "siéndoles entregado el cuerpo de otro recién nacido muerto", en unos años, recuerda el padre, en los que varios ginecólogos granadinos fueron condenados por esos delitos.

"Yo no busco la verdad, porque la verdad la sé, que es que me quitaron a mi hija", ha llegado a indicar Raya, que confía en que la Audiencia finalmente reabra su caso y "se pueda hacer justicia".

EL PRIMER CASO DENUNCIADO EN ESPAÑA

Su hija nació el 6 de junio de 1990, después de que uno de los doctores del Clínico le practicara una cesárea urgente por supuesto sufrimiento fetal, el mismo facultativo que "casualmente" fue condenado tres años más tarde por la Audiencia Provincial de Granada por una adopción irregular.

Tres días más tarde, el Hospital comunicó a los padres que la hija había fallecido, y sus supuestos restos fueron enterrados. Sin embargo, años más tarde, los padres decidieron trasladarlos para enterrarlos junto a su abuelo paterno, pero antes les hicieron pruebas de ADN en dos laboratorios (Tecnogen y Genómica) que dictaminaron que aquellos restos no pertenecían a su hija.

Así, Raya denunció los hechos ante la Fiscalía --el primero denunciado en España-- el 23 de marzo de 2010, y el caso fue llevado al Juzgado por el Ministerio Público, que era la primera vez que en Granada trasladaba un posible robo de niños ante el juez.

Entonces, aparecieron "milagrosamente" y después de 20 años unos restos conservados en parafina de un hígado que el Hospital "se saca de la manga" y que el Instituto Nacional de Toxicología, dependiente del Ministerio de Justicia, certifica que corresponden a la hija. Toxicología ya había analizado previamente los restos exhumados por la familia, aunque no encontró en ellos ningún tipo de ADN, y ya dijo que no serían idóneos para su análisis más de 40 días antes de recibirlos.

Entonces, la magistrada del Juzgado de Instrucción 2 decidió archivar el caso en primera instancia, y el padre decidió de nuevo enviar los restos de hígado aportados por el Hospital a un especialista del Clínico de Barcelona, que determinó que no se trataba de un hígado fetal o de un recién nacido de pocos días.

Ello, según Raya, venía a evidenciar que la investigación se había archivado en base a "una prueba falsa" y la juez decidió reanudar la instrucción, y envió los mismos restos parafinados a Toxicología de Sevilla, que no aclaró, pese a que así se le solicitó por parte del Juzgado, si correspondían a un recién nacido, y simplemente señaló que pertenecían a un niño con un síndrome de hepatitis neonatal. Fue entonces cuando la magistrada, de nuevo, dicta el auto de sobreseimiento libre, es decir, el archivo definitivo.