Actualizado 18/05/2010 17:38

Barberá invita a Espinosa a comer paella en los chiringuitos

EP


VALENCIA, 18 May. (EUROPA PRESS) -

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, invitará a la ministra de Medio Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, a comer paella en los chiringuitos de la ciudad para que "vea la barbaridad que va a hacer" en las playas si decide mantener la resolución de que los restaurantes no superen los 150 metros cuadrados.

Barberá se pronunció en estos términos en declaraciones a los medios de comunicación tras inaugurar el Proyecto Macro-Sport 'Área Turístico Deportiva en la Malvarrosa' y visitar algunos de los chiringuitos afectados por la Ley de Costas, normativa que fija el 17 de junio para adecuarse a la regulación.

Tras hablar con algunos dueños de estos chiringuitos y fijarse en los recortes que deben hacer en sus instalaciones para adecuarse a la ley, Barberá criticó que el Gobierno, con esta medida, "va a causar daño de una manera absolutamente torpe, intencionada y sectaria" no sólo a los chiringuitos, sino "a muchas personas en un momento económico fatal, a quienes este nefasto presidente del Gobierno ha hundido en la miseria". "Y como no está contento, parece que quiere todavía producir más daño a más gente", apostilló.

A su juicio, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, "quiere dejar a más gente en el paro: a los camareros, a los proveedores, a las personas que están atendiendo y sirviendo en los chiringuitos".

En este punto, aclaró que "no son sólo ocho los chiringuitos afectados" por la normativa, como dijo "mintiendo" la ministra, sino 22, es decir, "todos los que están en las playas de Valencia". Así, con la regulación, lamentó que "una media de 40 mesas por comedor se quedarán en 14-16", por lo que "muchas personas se van a la calle o se merma la cuantía de la venta". Por este motivo, lamentó que Zapatero, lo que hace, es "acotar más la economía valenciana, hacer más daño y perjudicar lo que es un modo de vida en la playa de Valencia, los chiringuitos", algo que supone "una oferta más tradicional al turismo".

Por eso, dijo, este gobierno "es nefasto", así que "por Valencia, que se marche. No podemos seguir así con este gobierno, pido que lo cambien, que pongan a otros, que vengan aquí". Así, anunció que invitará a la ministra a que venga a Valencia, "a que conozca la barbaridad que va a hacer".

Porque, agregó, "si en el año 1993 se admitió la excepcionalidad", no entiende por qué ahora, en 2010, el Ejecutivo "tiene que llegar a esto", "tiene que estar presionando a los propietarios de los chiringuitos, asustándolos permanentemente". "Eso es lo que hace el gobierno con los propietarios", señaló.

Con todo, y al entender que "no saben lo que van a hacer, y no es lo mismo que te lo cuenten que venir aquí", anunció que invitará a la ministra, mucho antes del día 17 de junio, a que venga a los chiringuitos y vea la "barbaridad" que "va a hacer". "El Gobierno, lo que tiene que hacer antes de tomar una decisión, es venir aquí, y yo le invito a que venga conmigo, y con ningún otro colectivo. Le invito a comer aquí y que vea lo que va a hacer".

"NI SIQUIERA UN METRO"

Por su parte, la consejera de Turismo, Belén Juste, apeló al "sentido común" porque "no se puede consentir que negocios que son fundamentalmente recursos turísticos y señas de identidad de Valencia desaparezcan, pero ni siquiera un metro". De hecho, agregó, "en algunos habría que ampliar".

Juste indicó que no se entiende que no se plantee la excepcionalidad de por vida, por lo que también pidió a la ministra que venga y vea "el daño que se puede causar al empleo, a la riqueza y al propio paisaje", porque se preguntó "quién va a entender nuestras playas sin los chiringuitos", dijo.