MADRID, 21 Abr. (Notimérica/EP) -
La brasileña Elisregina Vieira, 38 años, fue retenida ese lunes en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas después de llegar en un vuelo de AirChina desde São Paulo acompañada de su hijo, de 2 años de edad. Madre e hijo siguen en la sala de inadmitidos, donde podrían pasar hasta 72 horas, porque no ha sido autorizada su entrada en España. La comunidad brasileña en Madrid ha iniciado una campaña en internet para poder comprarles un billete de vuelta a casa.
Fuentes policiales consultadas por Europa Press explican que la mujer "no reúne los requisitos" para entrar en el país, así que "se le ha tomado declaración con abogado y se le ha instruido un expediente de devolución" que se habrá de ejecutar en un plazo máximo de 72 horas embarcándoles en un vuelo de vuelta a Brasil.
La normativa para estos casos establece que la compañía en que llegó el pasajero rechazado se haga cargo de su repatriación, así que madre e hijo tienen que esperar en la sala de inadmitidos hasta el jueves, cuando sale el primer vuelo de AirChina con destino a Sao Paulo. Sin embargo, el niño está enfermo, lo que ha motivado que la mujer pida ayuda para volver a su país cuanto antes.
Según la amiga de Vieira, Jussara Aparecida da Rosa, el bebé presentaba fiebre y un médico tuvo que ir a verlo en la sala de inadmitidos, donde también se encuentran otros cinco brasileños que venían en el mismo vuelo. "Ellos (la Policía) no dieron una explicación para retenerla y hay otros cinco brasileños allí, incluso una señora de 60 años", denuncia.
En declaraciones a Notimérica, portal que edita Europa Press, Rosa explica que la mujer venía a España como turista y contaba tanto con los pasaportes en regla como con la acreditación de medios económicos suficientes para sostenerse en el país durante su estancia. Sin embargo, la carta de invitación que portaba no había sido pedida en la Comisaría de Policía, tal y como establecen las reglas de ingreso a España.
Este trámite, imprescindible para el extranjero que va a alojarse en casa de un particular, implica que quien realiza la invitación solicite a la Policía autorización para hacerlo. Debe cursar su petición en comisaría y abonar tasas por un importe que ronda los 80 euros (72,12 euros la autorización de expedición, 6,3 euros la carta y 1,05 euros por la compulsa de cada documento relativo).
Por teléfono, Elisregina Vieira le ha dicho a su amiga que quiere volver a Brasil lo más pronto posible, por lo que la comunidad brasileña en Madrid se ha movilizado en internet en busca de fondos para lograr comprar billetes y que Vieira y su hijo puedan volar a su país de origen esta misma noche.
La carta de invitación se incorporó como requisito en el año 2008, cuando se endurecieron las condiciones de acceso al espacio Schengen desde España. Su aplicación desencadenó una crisis diplomática con Brasil, que expresó su malestar porque eran muchos los ciudadanos que resultaban rechazados en los aeropuertos españoles y devueltos al punto de salida como inmigrantes en situación irregular.
Aquel malestar acabó desembocando en un cambio en la política de fronteras brasileña, que desde abril de 2012 exige a los turistas españoles los mismos requisitos que en España reclama a sus compatriotas, carta de invitación incluida. Se exige además, en reciprocidad, mínimo 80 euros diarios para mantenerse y un billete de vuelta cerrado.
