Actualizado 01/09/2010 15:38

Bruselas estudia si Francia respetó la Carta de Derechos Fundamentales en la expulsión de gitanos


BRUSELAS, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea estudia si la mayoría de las expulsiones de gitanos rumanos que han tenido lugar este verano en Francia se han producido realmente de manera "voluntaria", tal y como argumenta París, o si se han vulnerado los derechos fundamentales de alguno de los deportados o violado el derecho europeo a la libertad de movimiento, según ha comunicado este miércoles el portavoz comunitario de Justicia, Matthew Newman.

Los servicios legales y otros departamentos del Ejecutivo comunitario han redactado un informe "preliminar y jurídico" sobre las polémicas expulsiones e incluido las versiones de las delegaciones francesa y rumanas que ayer martes se reunieron con la vicepresidenta y comisaria de Justicia, Viviane Reding.

El análisis se centra en "dos asuntos jurídicos europeos" concretos, aclarar si se han vulnerado el derecho a la libertad de circulación de los ciudadanos de la UE y la Carta de Derechos Fundamentales, según ha explicado en rueda de prensa Newman.

La vicepresidenta Reding y los comisarios de Asuntos Sociales, László Andor, y de Interior, Cecilia Malmsröm, son los encargados por petición del presidente, Jose Manuel Durao Barroso, de informar al resto del colegio sobre el caso.

El objetivo es aportar los datos preliminares para estudiar "con una visión objetiva" si Francia ha respetado las leyes europeas. Fuentes comunitarias apuntaron en los últimos días que si Bruselas constata que se vulneraron los derechos comunitarios de los afectados podría decidir abrir un procedimiento.

Con todo, el portavoz de Reding ha insistido en el carácter "preliminar" del informe y ha explicado que a finales de esta semana tendrá lugar otra reunión con representantes del Gobierno galo, esta vez a "nivel técnico", para continuar las conversaciones.

El martes, tras reunirse con varios comisarios, el ministro francés de Inmigración, Eric Besson, defendió la política francesa de expulsiones y subrayó que Francia ha respetado "escrupulosamente" las normas comunitarias, pero advirtió de que la libertad de movimiento "no puede ser incondicional".

Por su parte, el secretario de Estado para Asuntos Europeos rumano, Bogdan Aurescu, pidió a Bruselas que estudie si las deportaciones han sido "verdaderamente voluntarias" y acusó a El Elíseo de maquillar las cifras de criminalidad de los deportados para "impresionar a la opinión pública".

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