Actualizado 08/07/2010 18:42

"Mi caso será una lección para que no vuelva a ocurrir"

Miwa
EP

Se someterá a un tratamiento experimental para la recuperación de la médula dañada


MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

El congoleño Miwa Buene, que quedó tetrapléjico por un brutal golpe, ha manifestado este jueves estar "muy contento" al conocer la condena de 10 años de prisión impuesta a su agresor, Roberto Alonso de la Varga, y ha confiado en que su caso sea "una lección para que no vuelva a ocurrir" a otras personas porque "la Ley está por encima de nosotros".

El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, ha ofrecido una rueda de prensa, junto a Miwa y su mujer, para valorar la sentencia que condena a Roberto por un delito de lesiones, con la agravante de discriminación racista y alevosía.

Con una amplia sonrisa, Miwa ha expresado su satisfacción con el fallo, al estar en el límite de la solicitud que reclamaban. "No tengo odio a mi agresor ni tampoco lo tiene mi familia y mis hermanos. Él seguirá su vida en la cárcel y yo en una silla de ruedas", ha asegurado.

Asimismo, ha apuntado que esperaba un perdón de Roberto en el juicio, si bien ha reconocido que no se lo hubiera dado. "Yo lo esperaba. Es una forma de negar lo que ha hecho", ha insistido, sin descartar un perdón una vez que su agresor extinga la condena de 10 años de prisión que se le ha impuesto y demuestre que ha cambiado de conducta.

Además, se ha mostrado esperanzado ante su proyecto de futuro, que compartirá con su mujer. En septiembre, dará conferencias como activista en la lucha contra la intolerancia y en los próximos meses se someterá en el Hospital de Parapléjicos de Toledo a un tratamiento experimental de hormonas de crecimiento para la recuperación de la médula dañada.

Con semblante triste, la mujer ha querido aprovechar la oportunidad de lanzar un mensaje a las personas racistas al asegurar que lo único que les espera es la cárcel. "El daño que ha hecho a Miwa quedará para siempre. No sé qué sorpresa me va a regalar la vida más adelante", ha manifestado Mireia, pero ha reconocido que ya no le quedan ánimos por la intensa lucha llevada a cabo estos tres últimos tres años.

JURISPRUDENCIA

Por su parte, Ibarra ha valorado de forma positiva el fallo de la sentencia de la Audiencia madrileña al ser "pedagógico", si bien ha discrepado en que el golpe se enmarque en un dolo eventual al supuestamente no haber tenido Roberto conciencia del alcance que podría tener su agresión.

Tras anunciar que no recurrirá la sentencia, ha destacado que contemple la agravante de discriminación racista y alevosía, puesto que ello supone "un avance en la lucha jurídica contra la intolerancia racista". A colación, ha aludido al caso de Carlos Palomino, a cuyo agresor se le aplicó la agravante de odio ideológico.

"La lucha jurídica contra la intolerancia avanza y esta sentencia contribuye al acervo de conocimientos que hay que tener para luchar contra esta lacra", ha reseñado Ibarra respecto a la jurisprudencia que sienta el fallo de la Audiencia.

En cuanto a la indemnización de 1,5 millones de euros, Ibarra ha destacado que es "una parte importante porque Miwa tiene que gestionar su futuro", teniendo en cuenta los costes médicos que le supone su actual estancia en la Residencia de Lesionados Medulares de Vallecas.

"El agresor tiene que contribuir a paliar el daño porque nunca se va a reparar", ha aseverado Ibarra, quien ha indicado que Roberto pagará sólo una parte de la cuantía al no contar con ese patrimonio.

Por último, ha recordado cómo Miwa y su mujer tenían ganas de morir durante los meses que pasaron en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, mientras que ahora quieren luchar por "un proyecto de futuro" tanto laboral como en lo relativo a su estado de salud.