MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cerca de un centenar de personas se han manifestado frente a la embajada de Canadá en Madrid para protestar contra la matanza de focas durante casi dos horas en las que los asistentes, convocados por varias organizaciones ecologistas y de animales (Los verdes, Altarriba o AnimaNaturalis Internacional), gritaron consignas como "¡Boicot a Canadá!", ¡Malditos asesinos!", "¡Criminales!" e "Inocentes indefensos" mientras portaban pancartas con imágenes de focas muertas.
La responsable de Bienestar Animal de Los Verdes, Gloria Torres, calificó estas matanzas de "indecentes e infames" y señaló que no se justifican "ni económicamente, ni por criterios de sostenibilidad, ni por cuestiones éticas". Así rechazó la justificación de Canadá sobre la sostenibilidad de la caza ante el incremento de la población de focas y los recursos económicos que aportan a los lugareños.
En este sentido, señaló que la caza de focas sólo aporta un sobresueldo 1500 dólares a 5000 personas. Al mismo tiempo afirmó que éstos están viendo disminuidas sus inversiones, especialmente del marisco, debido al descenso de la exportaciones del país por el descrédito que ha causado en otros países la caza de focas.
Además, Torres denunció la matanza de las crías de foca, que únicamente es ilegal antes de que cumplan los 13 días, así como el modo de matarlas. Según la ecologista, los cazadores aprovechan el momento en el que los animales paren para acabar con ellas y sus crías.
Frente a estos argumentos, la embajada de Canadá afirmó en una nota que el Ministerio de Pesca y Océanos de Canadá "vigila estrechamente" la aplicación de la normativa en cuanto a cuotas y método de caza, mientras que los infractores son perseguidos y sancionados.
De hecho, explicó que la Autoridad Europea de Seguridad de Alimentos reconoce que los métodos utilizados no son crueles y un informe de la Asociación Canadiense de Veterinarios señala que el 98 por ciento de las focas se cazan según estas pautas.
A esta protesta se unieron las realizadas frente a las embajadas del país en Barcelona y Málaga, así como en otros países europeos. La última vez que hubo una denuncia similar en España fue en 1988, aunque diversas asociaciones han realizado protestas en las calles. Unido a esto, los ecologistas piden a la Unión Europea que tome una postura "firme y beligerante" de prohibición de los productos realizados con algún elemento de la foca.
