Actualizado 21/09/2007 20:56

Los cinco gorilas que murieron en julio fueron asesinados por campesinos que querían proteger sus plantaciones

MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los cinco gorilas de montaña asesinados el pasado mes de julio en el Parque Nacional de la República Democrática del Congo murieron a manos de cuatro campesinos, ya detenidos, que querían proteger su plantación de patatas, a la que acudía el grupo de vez en cuando causando pérdidas y destrozos.

Según informó este viernes la ONG Proyecto Gran Simio, aunque la UNESCO continúa investigando las causas de la matanza en esta especie ya en peligro de extinción, "declaraciones realizadas por testigos" a representantes de la organización confirman esta versión de los hechos.

El 21 de julio pasado, a un kilómetro del poblado Bikenke, se encontraron cinco cadáveres de gorila de montaña (un espalda plateada y cuatro hembras) muertos por disparos, que pertenecían a un grupo de doce ejemplares llamado 'Rugendo'. El ataque dispersó al resto de gorilas y dos días después se encontró a una cría de año y medio, hija de una de las hembras asesinadas, herida de bala en la pata derecha.

"Lo increíble de este hecho, es que han sido asesinados por unas simples Patatas", denunció Proyecto Gran Simio, para quien la responsabilidad de lo ocurrido no es de los ejecutores del crimen, unos campesinos, sino de las autoridades locales que no comparten con la población que rodea el parque los beneficios que obtienen de las visitas turísticas al mismo.

Además, "estas gentes no tienen ninguna ayuda del Gobierno, ni colegios, ni hospitales, lo único que ven es la corrupción estatal a costa de los gorilas. La gente de la zona ni del resto del país, tienen información alguna del Parque; del por qué hay que proteger a los gorilas, de la riqueza y biodiversidad de la zona, no saben que las poblaciones de gorilas son las únicas que existen en el mundo", denunció la organización.

Estos campesinos "se habían quejado varias veces a la policía forestal" denunciando que los gorilas salían del parque y "destrozaban sus tierras" e incluso amenazaron a las autoridades con tomar medidas por su cuenta si no evitaban estas 'excursiones' a sus patatales.

"No les hacían caso ni les daban indemnizaciones por los destrozos. La supervivencia hizo que se cumpliera la amenaza. Esperaron a que los gorilas entraran en sus tierras, los siguieron adentrándose en la selva a un kilómetro de la aldea y no dudaron en disparar", explicó la organización ecologista.