Actualizado 02/09/2010 18:09

Cruz Roja detiene distribuciones de alimentos en dos ocasiones por la reacción violenta de los paquistaníes


GINEBRA, 2 Sep. (Reuters/EP) -

Los trabajadores pertenecientes a la Cruz Roja han tenido que enfrentarse a multitudes de paquistaníes indignados cuando distribuían alimentos y otros suministros entre los damnificados, una tendencia preocupante que podría dificultar las operaciones, según indicó este jueves el director de operaciones para el sur de Asia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jacques de Maio.

De Maio explicó que un convoy que llevaba asistencia se vio obligado esta semana a detener la distribución de suministros y a retirarse rápidamente en la provincia de Punjab. "Tuvimos dos casos en los que tuvimos que detener la distribución debido a los disturbios. Y estamos preocupados ya que, si esta tendencia prosigue y se propaga, pondría bajo presión nuestra capacidad para ayudar a la gente", indicó.

Un incidente similar tuvo lugar en la provincia de Jyber Pajtunjwa hace varias semanas, obligando al CICR a interrumpir allí las distribuciones de manera temporal.

Ante el resentimiento cada vez mayor mostrado hacia los esfuerzos de ayuda extranjera, debido a que no pueden satisfacer las necesidades de los damnificados, y los comunicados que emiten los milicianos islamistas, hostiles hacia los extranjeros, la agencia humanitaria está evaluando cuidadosamente la aceptación pública de sus convoyes, que viajan sin escolta armada, para evaluar riesgos, explicó De Maio.

"La elección es el dilema usual. ¿Estamos dispuestos a que sean asesinados o saqueados nuestros amigos de la Media Luna Roja de Pakistán o nuestro personal?", se preguntó. El CICR tiene desplegadas por el momento 1.340 personas, una décima parte expatriados, y tiene acceso a zonas remotas, un hecho poco usual del que no goza gran parte de las agencias de la ONU.

"Hemos detectado esta tendencia en las zonas a las que llegamos donde hay personas que están muy necesitadas, así que el resentimiento por no conseguir ayuda suficiente hace que, comprensiblemente, se conviertan en agresivas", indicó. "El hecho es que tenemos millones de personas mientras hablamos ahora que, sencillamente, necesitan alimentos y agua potable y no los tienen", añadió.

El Gobierno de Pakistán está intentando responder a las peores inundaciones del país, que comenzaron hace un mes dejando a millones de personas sin hogar y destrozando cultivos e infraestructuras. El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, ha estimado las pérdidas en 43.000 millones de dólares.

"Entre las diferentes limitaciones a las que nos enfrentamos en el terreno está el creciente resentimiento contra los esfuerzos de ayuda. Hay una politización cada vez mayor en todos los sectores", señaló. "Ha habido voces claras que dijeron que los extranjeros no son bienvenidos, que la ayuda es ineficaz", indicó, en referencia a los comunicados de los milicianos talibán.

El CICR hizo también hoy una petición de 59 millones de euros para extender su asistencia a 1,4 millones de víctimas. "Esto no es un sprint. Estamos aquí para un maratón. Necesitamos asegurarnos de que esto (la situación actual) no se convierte en la regla sino en la excepción", concluyó.

Leer más acerca de: