Actualizado 28/09/2007 20:13

El deshielo en el Ártico alcanza niveles sin precedentes este mes de septiembre

Imágenes vía satélite revelan que el casquete polar se ha reducido en un 25 por ciento respecto al mínimo de hace dos años


WASHINGTON, 28 Sep. (OTR/PRESS) -

El derretimiento del casquete de hielo en el Océano Polar Artico ha alcanzando unas proporciones muy acusadas y sin precedentes este mes de septiembre, al término del verano en el hemisferio norte. De acuerdo con imágenes de satélite tomadas por la NASA, la masa de hielo permanente que rodea al Polo Norte ha retrocedido este año hasta abarcar un área que es un 38 por ciento por debajo menor de la media de los últimos treinta años, y entre un 25 por ciento menor que el mínimo registrado en 2005. Los científicos creen que a medida que se reduce el casquete polar, el Artico recibe más calor del Sol y acelera aún más este proceso.

Científicos de la NASA han estado comparando los datos preliminares obtenidos por el National Snow an Ice Data center, de la Universidad de Boulder-Colorado, con el declive del hielo ártico desde las primeras mediciones vía satélite tomadas en 1979. Al final de cada verano, el casquete polar alcanza su mínimo, que se ha visto reducido a un ritmo del 10 por ciento por decenio desde los años setenta. Pero el mínimo de este 2007, alcanzado alrededor del 14 de septiembre pasado, es muy inferior al récord previo registrado en 2005 -entre un 24 y un 26 por ciento menor- y un 38 por ciento inferior al promedio de los 30 años estudiados. Las fotografías muestran que la costa norte de Rusia está prácticamente libre de hielo en su totalidad, y el casquete polar sólo alcanza desde el Polo el extremo norte insular de Canadá y de Groenlandia.

"El declive en la cantidad de hielo permanente que sobrevive al verano es este año muy llamativo", declaró Josefino C. Comiso, científico del Centro Espacial Goddard de la NASA. "Por lo que nosotros sabemos de cómo el hielo del Océano Ártico se ha comportado en los últimos 30 años de observaciones continúas vía satélite, esta clase de reducción acusada en el casquete polar se produce con intervalos de tres años. La rápida fusión de de hielo ya registrada en 2002 se presenta ahora de un modo más acelerado", señaló este científico en declaraciones a la web de la NASA recogidas por OTR/Press.

Por su lado, Waleed Abdalati, jefe del Departamento de Ciencias Criosféricas del centro Goddarad señala que como la capa de hielo ártico varía mucho de año a año, puede ser arriesgado sacar conclusiones, aunque reconoce que "este año, la cantidad de hielo que ha superado le verano es tan baja que en los años precedentes que realmente es motivo de análisis, porque la tendencia a la reducción parece cada vez más acelerada".

MÁS CALOR, MENOS HIELO.

A juicio de Josefino Comiso, este proceso acelerado de deshielo puede deberse a los cambios en el clima derivados del propio derretimiento del hielo del Artico. "Cuando hay menos hielo en el verano, el Océano Artico recibe más calor. El agua más caliente se hace más resistente a volverse a helar durante el invierno y de esta forma hay más posibilidades de que el agua helada retroceda de forma más rápida durante el verano siguiente. Este proceso se repite año tras año", explicó.

Las implicaciones de este proceso sobre el clima global no son bien conocidos, pero estos científicos que potencialmente puede ser muy grande, ya que el hielo del Artico muestra una tremenda influencia en nuestro clima. Así, consideran imperativo entender las interacciones entre hielo, océano y atmósfera, para lo que será necesario lanzar al espacio satélites de observación más sofisticados que los hoy disponibles.

Al margen del hielo del Océano Artico, en otro estudio realizado este verano por la NASA también se comprueba una disminución sin precedentes del hielo continental de Groenlandia, especialmente en las zonas más elevadas de esta mayor porción de tierra firme al norte del Círculo Polar Artico. El número de días en los que la temperatura hace que la nieve se funda se ha incrementado este año entre 25 y 30 sobre el promedio de los últimos 19 años, avalando una aceleración en el ya constatado proceso de fusión del casquete polar ártico.