Actualizado 28/05/2007 22:36

Educación calcula un coste adicional del 0,12 por ciento del PIB para la adecuación al EEES

MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) calcula que la adaptación del sistema universitario español al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) supondrá un coste adicional de entre el 0,10 y 0,12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), en línea con la cifra propuesta por la comisión de expertos sobre financiación universitaria del Consejo de Coordinación Universitaria (CCU) en su informe al respecto.

Así lo manifestó el secretario de Estado del Consejo Superior de Deportes (CSD), Jaime Lissavetzky, en la Comisión de Educación y Ciencia del Senado, donde recordó también que los recursos destinados en 2006 a esta cuestión fueron 2.186,7 millones de euros, de los cuales se computan 800 millones para las comunidades autónomas y el resto por parte de la Administración General del Estado en diversos programas. Además señaló que está previsto que haya 547 millones de euros adicionales por parte de empresas y particulares.

Lissavetzky, en respuesta a la senadora del PP María del Mar Angulo, argumentó durante su intervención en la Comisión de Educación de la Cámara Baja que "posiblemente" tenga que hacerse más inversión en cuestiones como una atención más personalizada al alumno, reduciendo el tamaño medio de alumnos por aula; en la disponibilidad de más medios para el aprendizaje o mayor duración de los nuevos títulos de Grado.

Por contra, este representante del Ministerio de Educación señaló durante su comparecencia que hay otros aspectos de este proceso universitario, como la adaptación de las titulaciones a las demandas del mercado, ya que más del 60 por ciento de las titulaciones tienen menos de 75 alumnos por año, que no conllevarán un gasto elevado. En todo caso, entiende que se trata de un proceso "difícil de evaluar" desde el punto de vista cuantitativo.

RESPETO A LA RELIGIÓN EN BACHILLERATO.

En otro orden de cosas y también en respuesta a la misma senadora 'popular', quien criticó que no fuera la propia ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, la que respondiera a sus cuestiones y lo hiciera el secretario de Estado para el Deporte, Lissavetzky aseguró que en el proyecto de Real Decreto sobre Bachillerato, actualmente en elaboración, donde también se respetará el derecho del alumnado de recibir enseñanzas de Religión si así lo solicitan o sus familias en caso de ser menores de edad.

Además, defendió que la regulación de Religión realizada por el MEC en la Ley Orgánica de Educación (LOE) está basada en tres principios: respeto al derecho constitucional a la libertad de enseñanza, cumplimiento de acuerdos de cooperación con las diferentes confesiones religiosas y respeto a derechos individuales sin que ello implique obligaciones para otros.

En cuanto a la tercera vía abierta para Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de que los alumnos opten por no cursar Religión ni una materia aconfesional, destacó el papel que juegan en este tema los propios centros, a los que se les entiende capaces de organizarse. "Las cosas porque sean complejas no van a ser peores", afirmó el secretario de Estado para el Deporte, asegurando que las calificaciones de Religión o su alternativa no se computarán en las convocatorias en las que deberán entrar en concurrencia los expedientes de los alumnos.

Acerca de la asignatura de Filosofía en Bachillerato, este representante del MEC, tras discutir con la senadora 'popular' sobre los contenidos de Filosofía y Ciudadanía, recordó que ya se consultó con las comunidades autónomas y que actualmente se encuentra a consulta del Consejo Escolar del Estado, rechazando todas las críticas de la representante del PP.

A pesar de estas explicaciones, Cobaleda criticó tanto la "discriminación" que --a su juicio-- se hace con la Religión, reduciendo su número de horas lectivas a una tercera parte, con lo que de los 15.000 docentes de esta materia, 5.000 perderán su trabajo, como la materia de Filosofía y Ciudadanía, utilizada "para introducir su particular y partidista ideología", dejando la Filosofía "descafeinada, diluida o pseudofilosofía que quieren los gobernantes".