MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -
España debe centrar sus objetivos de ayuda al desarrollo en los ámbitos de lucha contra la pobreza relativa y las desigualdades sociales, la protección del medio ambiente y la cultura en los países de Latinoamérica y Norte de África, territorios en los que ya ha centrado sus aportaciones durante los últimos 15 años, según ha indicado el Real Instituto Elcano que este miércoles ha presentado el informe 'Elementos para el posicionamiento de España en la construcción de la agenda de desarrollo global'.
Con motivo de la próxima conclusión del plazo establecido para llevar a cabo los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en 2015, la institución ha elaborado el documento, en el que analiza la participación de España en el desarrollo de los planes de desarrollo global. Así, según ha indicado la investigadora principal de la institución, Iliana Olivié, el país "no ha definido unos objetivos concretos ni una estrategia en sus aportaciones" sino que, "se ha limitado a adaptarse a un programa que le ha venido impuesto".
Los resultados de la investigación destacan el "cambio de epicentro hacia el Pacífico" que se ha producido en el peso político y económico a nivel global. En este sentido, Olivié ha destacado el posicionamiento de China como segunda economía a nivel mundial y el crecimiento de países como India y Rusia, que alcanzan el noveno y décimo puesto en el ranking, por delante de Canadá.
En este sentido, el nuevo marco mundial en el que se desarrollarán los nuevos objetivos de desarrollo es "muy distinto" al escenario en el que se elaboraron los ODM por la aparición de los "donantes emergentes" en las aportaciones para cooperación, según ha indicado la investigadora. Sin embargo, también ha apuntado a un cambio de la distribución de la pobreza "que hasta hace unos años estaba localizada en los países de bajos ingresos y que ahora ha pasado a situarse fundamentalmente, en cuanto a número de pobres, en los países de renta media y países emergentes".
NIVEL DE DESARROLLO
Por ello, ha insistido en la necesidad de pasar de "una visión estrecha" de la financiación global del desarrollo a una "visión más amplia". Para ello ha destacado la necesidad de incluir la lucha contra las desigualdades económicas y sociales en la agenda como una manifestación de la pobreza. En esta línea, Olivié ha propuesto también elaborar los planes de actuación para los próximos lustros en función de "unos parámetros más profundos" que tengan en cuenta el nivel de desarrollo de los países y no exclusivamente su renta per cápita.
Además, ha criticado la actitud de los políticos "que siguen anclados en los antiguos planes" en los que se elaboraron los OMD y "no tienen en cuenta que el mundo ha cambiado". En este sentido, ha hecho alusión explícita a las declaraciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en las que expresaba su intención de recuperar la aportación del 0'7 por ciento (desde el inicio de la crisis han descendido cerca de un 75 por ciento) para ayuda al desarrollo cuando España salga de la crisis.
Por ello, la investigadora ha insistido en la "oportunidad" de España para posicionarse estratégicamente en la elaboración de los nuevos objetivos de desarrollo global, de cara a "tender puentes" hacia los países de América Latina y el Norte de África, en los que tiene "una posición privilegiada" que no tienen otros países europeos, "al margen de la presencia que se perfile y se mantenga en África Subsahariana".
Además, ha defendido la necesidad de elaborar una agenda aspiracional, frente a la elaboración de unas aportaciones verificables, que responda a las necesidades de los países en que España desarrolla su actividad de cooperación y que se centre en la "creación de capacidades". Así, ha destacado la lucha contra la pobreza relativa, las desigualdades socioeconómicas (en las que ha incluido la desigualdades entre hombres y mujeres) y la protección del medio ambiente como algunos de los desafíos de desarrollo que se presentan en el nuevo marco mundial y que "son también característicos de América Latina.
De este modo, España se "especializaría" en ámbitos concretos de la ayuda al desarrollo, se coordinaría con otros países donantes en la cooperación en determinadas áreas geográficas e instrumentales y ganaría peso en la definición de los objetivos globales de desarrollo, según ha indicado Olivié.
