Actualizado 24/07/2007 21:32

España, Venezuela, Polonia, Bélgica

A los británicos les ha caído el diluvio. Culpa del anticiclón de las Azores, punto neurálgico de la geopolítica. El mejor chiste internacional de la temporada es el de Tony Blair apagando fuegos en Palestina. Descendiente de Balfour (creación del estado de Israel), de Anthony Eden (la gloriosa intervención francobritánica en Suez), estuvo personalmente en las Azores y desencadenó, con sus propios ladriditos, la tormenta de fuego sobre Irak (cientos de miles de muertos). Un carrerón atizando fuegos inútiles. Así que en Inglaterra llueve, para compensar y porque llega el fin del mundo.

Pero, como los chistes ajenos hacen más gracia, las televisiones británicas se reían esta semana de la tormenta desencadenada por la portada -ni fuego ni agua: papel y electrónica- de una publicación minoritaria. Cuando la vio, el gran fiscal de España declaró convulso que los jueces tienen que poner límites. ¿Quién se lo ha dicho? Mandar a la policía a secuestrar una revista es lo que hubiera hecho en Venezuela ese Chaves que va a cambiar la constitución para ser eterno. Y ¿por qué resulta "zafio" que los príncipes, dos muchachos jóvenes, simpáticos y sanos, realicen (los periódicos han repetido la procacidad) "actividades sexuales"? ¿Cómo harán ahora para fabricar herederos al trono? ¿Adoptar chinos? Parecen cosas como polacas. El fiscal y el juez de marras nos llevan atrás en el tiempo y nos añaden nuevas antipatías. Como si no tuviéramos bastante con ser antiamericanos, antisionistas, anticlericales, antibritánicos (por Blair), el juez y el fiscal de marras nos imponen ahora la obligación de ser antimonárquicos y, dado que este Gobierno nos secuestra, antisocialistas.

Ante tales excesos de la ley, Acebes -tampoco es malo el chiste - se ha proclamado defensor de las libertades populares, y la frase sobre los jueces y los límites la ha recuperado Cañizares para recordar que "hay que imponer límites al laicismo". Como es bien sabido, Cañizares (Cañizarski en polaco) es representante de un movimiento que profesa la tolerancia, la inteligencia y la bondad.

No tiene nada que ver con lo anterior, pero los chistes belgas son así. El próximo primer ministro de Bélgica cree que el himno nacional de su país es "La Marsellesa". Bélgica sería un sitio perfecto para que trabajaran el fiscal y el juez disparatados que han secuestrado "El jueves".

Agustín Jiménez.