El presidente del Parlamento Europeo advierte de que "nadie puede ser expulsado sólo por ser gitano"
BRUSELAS, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
El pleno del Parlamento Europeo debatirá la próxima semana sobre la situación de los gitanos en Europa, tras la polémica por las expulsiones de casi un millar de rumanos y búlgaros de esta etnia en Francia y mientras Bruselas examina la legalidad de las medidas adoptadas por el Gobierno de Nicolas Sarkozy.
La Conferencia de Presidentes, formada por los líderes de los grupos presentes en la Eurocámara, acordó este jueves incluir en el orden del día del próximo pleno, del 6 al 9 de septiembre, un debate sobre "la situación de la población romaní en Europa", según confirmó el propio presidente de la institución, Jerzy Buzek.
A través de un comunicado, Buzek celebró esta decisión y admitió la "preocupación" de los eurodiputados por la situación de los gitanos "en algunos Estados miembros".
También recalcó que aunque la responsabilidad de mantener el orden público en los Estados miembros corresponde "sin duda" a los gobiernos nacionales, "todos los ciudadanos europeos tienen los mismos derechos dentro de la Unión Europea". Por ello, añadió, "nadie puede ser expulsado de un país simplemente porque pertenece a la comunidad gitana".
El hecho de que "hace falta mejorar la integración social" de esta comunidad no impide que haya que "evitar toda retórica discriminatoria en las discusiones" sobre la cuestión, advirtió el presidente de la Eurocámara.
Finalmente, Buzek agradeció al Ejecutivo comunitario que se ofrezca a ejercer de "mediador" entre los Estados miembros para garantizar el respeto de los Tratados y de la Carta de Derechos Fundamentales. "Estoy seguro de que la Comisión Europea pondrá todo de su parte para supervisar la situación y ofrecer posibles soluciones en el futuro próximo", zanjó.
"SILENCIO" EQUIVALE A "APROBACIÓN"
Los socialistas europeos ya advirtieron la semana pasada de que pedirían al Consejo y a la Comisión que dieran explicaciones en la Eurocámara por lo que consideran "pasividad" de las instituciones europeas ante las deportaciones ordenadas por las autoridades francesas.
El líder del grupo, el alemán Marin Schultz, dejó claro este jueves que exigirá una respuesta al presidente de la CE, Jose Manuel Durao Barroso, cuando éste participe el próximo martes en el primer Debate sobre el Estado de la Unión. El "silencio" de Bruselas equivale a la "aprobación" de la política francesa, advirtió.
Por su parte, el copresidente del grupo de Los Verdes en el PE, el francés Daniel Cohn-Bendit, exigió a las autoridades de su país que "cesen inmediatamente las expulsiones" y adapten su legislación a las reglas comunitarias.
"Este caso demuestra que la subsidiariedad no puede ser sinónimo de nacionalismo o de ausencia de derechos", alertó en un comunicado.
Por otra parte, el Comité Económico y Social Europeo (EESC, por sus siglas en inglés), criticó que el problema de las expulsiones de gitanos se haya convertido en un "partido de fútbol político" y que se haya utilizado para sacar rédito electoral.
Este enfoque crea "tensiones" y "alienta a la opinión pública a apoyar la discriminación y la exclusión social", recriminó el presidente del EESC, Mario Sepi, quien reclamó una mayor "colaboración" entre los gobiernos nacionales para avanzar en la integración de una comunidad especialmente afectada "por la pobreza, la analfabetismo y el desempleo".
