Actualizado 05/09/2007 20:52

Un experto advierte de que el cambio climático y la falta de estabilidad mundial obligan a un nuevo modelo energético

BILBAO, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -

El director del Programa de Energía e investigador principal de Economía Internacional del Real Instituto Elcano, Paul Isbell, aseguró hoy que el cambio climático y la falta de estabilidad geopolítica mundial "nos lleva al cambio de modelo energético".

Según explicó en su ponencia 'La dependencia energética de la Unión Europea y de España', en el curso de verano de la UPV, organizado en este caso por la Federación de Cajas de Ahorros Vasco-Navarras, el Estado tiene un gran dependencia energética.

Para Isbell, la mezcla energética en España presentan un mapa en el que el petróleo representa el 50% de la energía primaria (37% en la UE de los 25), el gas el 18% de la energía primaria (24% en la UE), el carbón (y energías sólidas) el 14% (18% UE), la energía nuclear el 8% (15% en Europa) y la Hidroeléctrica + Renovables un 11% (6%). Esto supone que la suma del petróleo y gas en España es del 68%, frente al 61% de la Unión Europea, el 64% de EE.UU y el 59% del resto del mundo.

Conforme a estos datos, las importaciones de energía en el estado presentan un escenario que supone una dependencia general de la energía del 76,4% (70 UE); la del petróleo es del 99,6% (94) y la del gas del 99,1% (90).

Frente a estos "números incuestionables", el experto indicó "otro no menos importante" ya que aproximadamente el 30% de la mezcla energética primaria viene de regiones inestables, "lo que condiciona nuestro futuro desde el punto de vista de los equilibrios geopolíticos y del desarrollo económico del conjunto del mundo".

Para Isbell, esto supone que se produzca la "nueva extensión geográfica del nuevo nacionalismo energético", cuyas principales características son que el epicentro original se ha mantenido en los países árabes e islámicos del Golfo pérsico y África del Norte, la ex URSS y América Latina (especialmente la zona Andina con Venezuela, Bolivia y Ecuador).

Esta situación implica, añadió, que estamos asistiendo al 'Trilema energético', con pobreza energética y desestabilización geopolítica que afectará al crecimiento y desarrollo; con competencia geopolítica por los recursos energéticos escasos, "lo que nos conduce al conflicto militar y desestabilización mundial poniendo en claro peligro la gobernanza global"; y, finalmente, con el cambio climático y la desestabilización mundial que "nos lleva al cambio de modelo energético".