Actualizado 22/07/2014 16:43

Juan Luis Sánchez, autor de 'Las 10 Mareas del cambio': "Ya no hace falta pertenecer a un colectivo para hacer política"

MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -

"Ya no hace falta pertenecer a un colectivo institucionalizado para hacer política". Esta es una de las reflexiones que ofrece el periodista Juan Luis Sánchez entre las "claves para comprender los nuevos discursos sociales" que recoge su libro, 'Las 10 Mareas del Cambio' (Roca Editorial), un ensayo que analiza la transformación "absoluta" del modo en que se "agrupan" los ciudadanos experimentada en España durante los últimos tres años.

En una entrevista con Europa Press, Sánchez explica que estas diez mareas, que van desde la verde de la educación pública hasta la que reivindica transparencia en las instituciones, pasando por la blanca de la sanidad o el feminismo, son la prueba más visible de que "se está gestando una nueva forma de participar en la política que no está mediatizada por las grandes instituciones" que la administraban hasta ahora y con las que se ha producido cierta "fractura".

Estos movimientos, impulsores, por ejemplo, de tres huelgas generales en educación, la paralización vía judicial de la adjudicación de la gestión de una serie de hospitales madrileños a empresas privadas, o la suspensión de multitud de desahucios, se estarían moviendo así sin la batuta institucional de partidos, sindicatos u ONG, que "ya no son los únicos con capacidad para tirar del carro" y quedan como "instrumentos al servicio de una marea de gente".

Las ideologías, en esta línea, pasarían también a un segundo plano: "lo importante no es qué etiqueta ideológica tienes, sino qué estás defendiendo. Es un cambio de punto de vista", añade Sánchez. "Eso no significa que no haya intentos de estar en la marea por parte de partidos políticos, sindicatos y demás", pero, conforme señala, "la cuestión es si funciona o no funciona".

"Lo que está claro es el nacimiento de varios discursos sociales que rompen con la agenda tradicional de izquierda y derecha, cambiando incluso los temas de conversación en los medios", ha apuntado, para incidir en que "desde hace tres años en España se habla de Democracia", algo en su opinión "imposible en un país que estaba orgulloso de haberla conseguido y que la tenía petrificada en una vitrina". "Resulta que ahora le estamos viendo las grietas al cuadro", asegura.

LA CONTESTACIÓN EN REDES SOCIALES

Esa 'revelación' tiene su principal caldo de cultivo en las redes sociales, ese gran 'océano' donde hoy cogen impulso las mareas. Sánchez sostiene que frente a "un modelo donde los discursos sociales se construyen en despachos muy determinados y con un grupo muy reducido de gente", internet proporciona "un circulo más amplio, de millones de personas, que están participando de ese debate".

Se pasa así de "un esquema de confrontación sin participación" a uno que permite la contestación directa e inmediata y que, además, tiene el poder de "cambiar el tema de conversación de la política y los medios". "Jamás se hubiera hablado de desahucios si no fuera por la gente que hace política en redes sociales ni se hubiera hablado de democracia o de bancos: hay una serie de temas que ahora sí existen porque se da esa estructura más participada", asegura.

No obstante, reconoce que internet, espacio clave en lo que denomina "democratización de la palabra" es "peligrosamente vertical", con sólo un uno por ciento de usuarios que construyen discurso --"aunque las personas no siempre son las mismas"--, frente al 99 por ciento que los redifunde. "Internet no es bueno per se, pero internet lo cambia todo y si llegamos tarde al debate de cómo queremos que cambie, ya va a estar todo el pescado vendido", plantea.

En este contexto, Sánchez, actual subdirector de eldiario.es, pone el foco en otra de las mareas que refiere en el libro: la de los nuevos medios de comunicación y las nuevas formas de hacer periodismo. Según afirma, la profesión debe pasar de gestionar "el silencio" a manejar el "ruido" fruto de la mayor participación social en la comunicación pública. Incide además, en que la profesión "no la salvan los periodistas, sino "la complicidad de la sociedad civil defendiendo y exigiendo información de servicio público".