Actualizado 15/12/2010 17:25

Un jurado popular juzga este miércoles a la pareja acusada de asesinar y robar en 2007 a un cura en Murcia

El fiscal y la acusación particular piden 25 años de prisión para cada uno de los acusados y 125.000 euros de responsabilidad civil


MURCIA, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un jurado popular juzgará a partir de este miércoles a la pareja acusada de asesinar en 2007 a un sacerdote a martillazos en su vivienda de Murcia y de robarle posteriormente la cartera con la documentación personal y el dinero en efectivo que portaba, cuyo importe se desconoce, así como su teléfono móvil y efectos de las diversas dependencias de la vivienda, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público al que ha tenido acceso Europa Press.

Los dos acusados, Marius N., de 33 años, y Ramona M., de 28 años, ambos de nacionalidad rumana y que en el momento de los hechos eran pareja sentimental, serán juzgados por un delito de asesinato y otro de robo con violencia por los que les acusa el Ministerio Fiscal y la acusación particular, que coinciden en pedir 20 años de prisión por asesinato y cinco años de cárcel por robo para cada uno de ellos, así como 125.000 euros de multa por responsabilidad civil para los herederos del sacerdote.

Según las mismas fuentes, Marius, quien tenía antecedentes penales al haber sido condenado por sentencia firme en octubre de 2005 por un delito de robo con fuerza a la pena de ocho meses de prisión, venía "manteniendo relaciones sexuales con el sacerdote, al que conocía desde el año 2005, y del que obtenía recompensas económicas en atención a dichas relaciones".

Así pues, Marius era conocedor de los bienes y el dinero que el cura poseía por sus continuas visitas al domicilio, por lo que en marzo de 2007 decidió apoderarse de los efectos de valor que guardaba en la vivienda.

Para ello, el acusado se personó en el domicilio con dos compatriotas y, mientras que una de ellas hablaba con el sacerdote, Marius aprovechó para franquear la puerta a quien sería el encargado de expoliar la vivienda, aunque, a pesar de haberse introducido en la misma, no llegó a efectuar apoderamiento de efecto alguno.

A pesar del fracaso, Marius no desistió de la idea y, más aún, después de pedir al sacerdote que le entregase dinero, como había hecho en ocasiones anteriores, y el párroco encolerizado se negó a entregárselo, según el relato del Fiscal.

RELATO DE LOS HECHOS

Por todo ello, el 8 de abril de 2007, Marius asaltó la casa de común acuerdo con su pareja sentimental, Ramona, movidos ambos en principio por el ánimo de obtener un provecho económico. Así, Ramona aguardó desde las 17.00 horas en la puerta del edificio la llegada del sacerdote, mientras que Marius permanecía en las calles aledañas para no ser visto por el cura.

De este modo, Marius y Ramona llegaron a contactar telefónicamente hasta en seis ocasiones entre las 17.10 horas y las 18.28 horas para informarse recíprocamente, mientras permanecían a la espera de la llegada del sacerdote. A su llegada al domicilio, Ramona le acompañó a la vivienda con la excusa de estar interesada en que le buscase trabajo.

Ya en el interior de la casa, Ramona franqueó momentos después la entrada a Marius, quien llegó pertrechado de un martillo de enlosar, un rollo de papel adhesivo de precintar y una caja de guantes.

En ese instante, Marius volvió a exigir al párroco la entrega del dinero que guardaba en la vivienda y, como quiera que el cura se negó a entregarlo, el acusado le golpeó de improviso hasta en tres ocasiones con el martillo en la cabeza "movido por el ánimo de causarle la muerte, usando los guantes que llevaba", precisa el documento.

En concreto, el acusado le golpeó en la zona ciliar izquierda, junto a la raíz nasal, y en la zona fronto-parietal izquierda, ocasionándole la primera fractura del hueso etmoides y la segunda fractura del hueso de la órbita izquierda.

MANIATARON Y AMORDAZARON A LA VÍCTIMA

Inmediatamente, y a consecuencia de la contundencia de aquellos golpes, el sacerdote cayó al suelo y, sin llegar a quedar plenamente tumbado, Marius continuó golpeándole, hasta alcanzarle con el martillo en otras cinco ocasiones en la cabeza, que ocasionan la fractura del hueso temporal y fracturas con hundimiento de cráneo en las zonas parietales izquierda y derecha.

A continuación, con el párroco plenamente tumbado, la calificación del Fiscal explica que los dos acusados procedieron a maniatar y amordazar a la víctima, valiéndose para ello de la cinta de precinto, para impedirle toda clase de movimientos, llegando a propinarle todavía otros dos golpes con el mismo martillo, para finalizar atándole los pies con una camisa al larguero de la cama.

A consecuencia de estos golpes se produce el fallecimiento del cura, quien sólo puntualmente, mientras estuvo maniatado, pudo cubrirse con sus manos y brazos, recibiendo distintos impactos del martillo en el hombro y brazo izquierdo, así como en la mano derecha, con el afán de que no le alcanzaran en la cabeza.

Acto seguido, los procesados registraron las diversas dependencias de la vivienda y los bolsillos de los pantalones que vestía el sacerdote, apoderándose del contenido, así como de la cartera con la documentación personal y dinero en efectivo que portaba, cuyo importe se desconoce, y de su teléfono móvil.

A continuación, el relato del Fiscal explica que los dos acusados abandonaron la vivienda y, una vez en el exterior, se desprendieron de diversos efectos en uno de los contenedores próximos a la vivienda, donde los agentes policiales recuperaron guantes de látex y parte del rollo de papel de precinto.

Ramona M. abandonó el territorio nacional al día siguiente de los hechos con destino a Rumania y Marius, con igual destino, lo hizo el 10 de abril, regresando a Murcia el día 14 de mayo, siendo detenido a su llegada a la estación de autobús. Ramona, por su parte, fue detenida en Rumania en virtud de una Orden de Detención Europea y trasladada a Murcia el 8 de junio de 2007.

La defensa de Marius N. rechaza los hechos expuestos por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, y estima que "no existe la menor prueba de lo relatado, ni de la intención de robar, ni que las conversaciones que Marius y Ramona fueran tendentes a controlar la llegada del sacerdote, ni que Marius entrase en la casa del cura ese día y, por lo tanto, atentara ni contra la vida, ni contra el patrimonio del propio fallecido".

Por su parte, la defensa de Ramona niega que los hechos se hayan producido como señalan las acusaciones, por cuanto que los mismos no se ajustan a la actuación de la acusada, ni a la participación que se le atribuye, si bien muestra su conformidad con el hecho del fallecimiento de la víctima.

La selección del jurado, prevista para las 10.30 horas, dará paso a la apertura del juicio oral, la formulación de las alegas previas, de pruebas a practicar en el acto, y el examen de los acusados propuesto por el Ministerio Fiscal, la acusación particular y la defensa.