CANBERRA, 4 Ene. (Reuters/EP) -
La situación de desastre en que se encuentra gran parte del estado australiano de Nueva Gales del Sur, anegado por las lluvias y con 1.200 evacuados, no preocupa demasiado a los agricultores locales, que ven en las tormentas una forma contundente de poner fin a años de sequía e incrementar la producción y las exportaciones.
Las fuertes precipitaciones han provocado la evacuación de unas 1.200 personas, pero han llevado agua a zonas donde hacía falta. El presidente de la Asociación de Agricultores de Nueva Gales del Sur, Charles Armstrong, destacó en una entrevista a la radio estatal que las exportaciones generan actualmente ingresos de 30.000 millones de dólares australianos (18.800 millones de euros), pero el último temporal podría ayudar a incrementar el beneficio en un 10 por ciento.
Sin embargo, el daño por las inundaciones costará millones de dólares al estado más poderoso del país oceánico. La jefa del Ejecutivo de Nueva Gales del Sur, Kristina Keneally, anunció este lunes la declaración de zona de desastre y confirmó la puesta en marcha de ayudas para que los habitantes más afectados puedan acceder a financiación para reparar los daños sufridos.
