Actualizado 24/11/2010 08:54

Más de 400 monjes budistas rezan por las víctimas de la estampida de Camboya


MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

Más de 400 monjes budistas se han reunido en el puente de la isla Diamond, en Phnom Penh, donde se produjo la estampida humana en la que murieron 375 personas y 775 resultaron heridas, para realizar una ofrenda floral a las víctimas de esta tragedia, horas antes de que se celebren los funerales oficiales.

Los monjes celebraron una ceremonia budista y quemaron incienso para desear un viaje seguro a la reencarnación a las personas que el martes perdieron la vida durante el último día de la llamada Fiesta del Agua, con la que los camboyanos despiden la estación de lluvias, según informó el diario 'Phnom Penh Post'.

Entretanto, las autoridades sanitarias continúan con las labores de identificación de los cadáveres, que se amontonan en distintos hospitales de la ciudad, colapsados por la magnitud del suceso. Mientras, los familiares de los heridos recorren estos centros en busca de sus seres queridos.

El próximo jueves ha sido declarado día de luto nacional por el primer ministro, Hun Sen, quien se ha disculpado por el desastre y ha ordenado una investigación para determinar las causas del accidente que todavía se desconocen. "Es la mayor tragedia en más de 31 años, después del régimen de Pol Pot", dijo en referencia al régimen maoísta (1975-1979).

La avalancha tuvo lugar en un puente que cruza el lago Tonle Sap y que conecta la capital con la isla Diamond, después de que varias personas se electrocutasen. La mayoría de las víctimas perecieron aplastadas o ahogadas en el lago, donde habían acudido para celebrar el tercer y último día del festival de Bon Om Touk.

La isla Diamond es un pequeño enclave propiedad de una entidad financiera y que cuenta con centros de conferencias y salas de exposiciones, así como restaurantes y zonas de ocio. Estos centros son populares entre mujeres que acuden, especialmente durante el festival del agua, en busca de ofertas y descuentos. En esta ocasión, muchas de las víctimas regresaban a casa tras un concierto.