Kirguizistan
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MOSCÚ, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

En torno a 7.000 refugiados kirguises de etnia uzbeka han vuelto a Kirguistán procedentes de Uzbekistán después de que la ola de violencia interétnica desatada hace diez días, que se ha cobrado la vida de unas 200 personas, les obligara a abandonar sus hogares, según afirmó un alto cargo de la Policía de Fronteras kirguís citado por la agencia local 24.kg.

El subcomisario de la Policía de Fronteras de Kirguistán, Cholnonbek Turusbekov, afirmó que la situación en la frontera entre este país y Uzbekistán se ha estabilizado, y que por esta razón un total de 7.398 refugiados han decidido volver Kirguistán.

Los incidentes entre personas de etnia kirguís y de etnia uzbeka estallaron el pasado día 11 en la ciudad de Osh, situada en el sur de Kirguistán. Estos combates duraron varios días y se extendieron por todo el sur de Kirguistán. Según las cifras oficiales, cerca de 200 personas han fallecido en los combates, y 2.000 más han resultado heridas. Sin embargo, la presidenta interina de Kirguistán, Rosa Otunbayeva, reconoce que la cifra real de muertos puede ser hasta diez veces mayor.

La agencia de Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, sostiene que en torno a 100.000 kirguises de etnia uzbeka han huido a Uzbekistábn desde que empezara la violencia, y que en torno al 90 por ciento de ellos son ancianos, mujeres y niños.

Otumbayeva se encuentra hoy lunes de visita en la ciudad sureña de Jalalabad comprobando la situación sobre el terreno, que ya ha comenzado a estabilizarse, informa la agencia Ria Novosti. Tras los disturbios el Ejecutivo kirguís decretó el estado de emergencia, que en el caso de la ciudad de Osh seguirá vigente hasta el próximo día 25, mientras que en Jalalabad sólo durará hasta el día 22.

Por otro lado, según la agencia AKIpress, un total de 168 edificios han sido quemados desde el pasado día 11 de junio.