Publicado 11/11/2013 12:57

Misioneros españoles en Filipinas afirman que la población no echa la culpa a Dios del tifón sino que incluso cree más


MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

Unos 123 misioneros españoles que realizan su labor en Filipinas y están viviendo las consecuencias del tifón 'Yolanda' expresan su "dolor" por la catástrofe, aseguran que la población no echa la culpa a Dios sino que, por el contrario, se ha fortalecido su fe y garantizan a los donantes que las ayudas realizadas a través de las congregaciones religiosas llegan "con seguridad", según informa Obras Misionales Pontificias.

La misionera de Nuestra Señora de la Consolación, la hermana Ana María Perea, se encuentra en la zona centro de Filipinas, en la región de Cebú. Aunque han estado sin luz, no han sufrido esta vez las consecuencias más graves de Yolanda, pero asegura que quienes las han vivido "no despotrican contra Dios", sino que en estos momentos "creen con más fuerza".

Otra misionera que se encuentra en Manila, Lucía Retuerto, hermana de la Caridad de Santa Ana, indica que las ayudas ya han comenzado a llegar y garantiza que las realizadas a través de las congregaciones religiosas llegan "con seguridad" a sus destinatarios.

El sacerdote Néstor Huenda, del Camino Neocatecumenal, que se encuentra en el norte del país, visitará en los próximos días la zona afectada para obtener información de primera mano, sobre el terreno, aunque sabe que en muchos sitios "no hay manera de entrar porque las calles están sembradas de cables y árboles caídos".

Por su parte, el padre Sebastiano D'Ambra, misionero del PIME en Zamboanga, ha alertado en una entrevista con Radio Vaticana de que "la situación es muy grave". "Se dice que millones de personas, de alguna manera, quedarán afectadas por este evento: miles y miles de personas buscan refugio. Hay muchos muertos y desaparecidos y se espera que sean muchos, muchos más, a medida que se conozcan los hechos", ha apuntado.

Ante esta "alarmante" situación ha indicado que esperan que las organizaciones internacionales y locales sean capaces de hacer todo lo posible. "Las Filipinas están pasando por un período de gran dolor", ha remarcado.

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