Actualizado 10/12/2010 15:53

Liu Xiaobo augura una China en la que los DDHH estén "por encima de todo"


OSLO, 10 Dic. (Reuters/EP) -

Durante la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, que cumple condena de once años de prisión por un delito de subversión y que, por eso, no ha podido estar este viernes en Oslo para recibir el galardón, se ha leído un discurso en el que Liu augura una China en la que "los Derechos Humanos estarán por encima de todo" y el país "estará gobernado por las leyes".

En el discurso, que Liu pronunció durante su juicio en diciembre de 2009 y que ha sido leído por la actriz noruega Liv Ullmann, el disidente dice: "No tengo enemigos ni siento odio. Ninguno de los policías que me ha vigilado, arrestado e interrogado, ninguno de los fiscales que me han acusado y ninguno de los jueces que me han juzgado es mi enemigo".

A su juicio, "el odio puede pudrir la inteligencia y la conciencia" y "la mentalidad de enemigo puede envenenar el espíritu de una nación, incitar luchas crueles y mortales, destruir la tolerancia y la humanidad de una sociedad y poner en peligro el progreso de una nación hacia la libertad y la democracia".

"Por eso espero poder ser capaz de trascender mis experiencias personales mientras me planteo el desarrollo y el cambio social del país, para contrarrestar la hostilidad del régimen con la máxima buena voluntad y para disipar el odio con amor", añadió.

En este contexto, dijo creer "firmemente" que "el progreso político de China no se detendrá". "Y yo, lleno de optimismo, espero el advenimiento de una China libre. No hay fuerza capaz de poner fin a la búsqueda de la libertad por parte de las personas, y al final China se convertirá en una nación gobernada por las leyes en la que los Derechos Humanos estarán por encima de todo".

EL AMOR DE SU ESPOSA

Por otro lado, Liu declaró que su "experiencia más afortunada de los últimos 20 años" ha sido "el amor desinteresado" que ha recibido de su esposa, Liu Xia. "Ella no ha podido estar presente hoy como observadora en el tribunal, pero aun así quiero decirte, querida mía, que creo firmemente que tu amor por mí seguirá siendo el mismo de siempre", agregó.

Las autoridades chinas mantienen a Liu Xia bajo arresto domiciliario desde que el Comité Nobel Noruego anunció su decisión de conceder el Nobel de la Paz a su esposo. Ni ella ni ningún familiar o representante del disidente han podido viajar desde China a Oslo para recoger el premio.

"Durante todos estos años en los que he vivido sin libertad, nuestro amor ha estado lleno de amargura, impuesta por circunstancias ajenas, pero cuando lo recuerdo después, sigue siendo infinito", manifestó.

"Tu amor es la luz del sol que entra por encima de los altos muros y penetra entre las barras de hierro de la ventana de mi prisión, acariciando cada parte de mi piel, calentando cada célula de mi cuerpo, permitiéndome mantener siempre la paz, la franqueza y la alegría en mi corazón y llenando de significado cada minuto de mi tiempo en prisión", aseguró.

Liu concluyó diciendo: "No he hecho nada que sea un crimen, (pero) si se presentan cargos contra mí por esto, no tengo ninguna queja".