Actualizado 12/03/2010 16:22

El obispo de Jaén insta a las familias a que no duden a la hora de apoyar la vocación de sus hijos

JAÉN, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo López, destacó en una carta pastoral con motivo del día del seminario el papel de las familias y les hizo un llamamiento para que "no duden en apoyar la vocación de sus hijos".

En la citada carta, consultada por Europa Press y bajo el epígrafe 'Necesitamos sacerdotes', Del Hoyo sostiene que al escribir esas dos palabras se siente en la condición "de un necesitado que pide ayuda a todos sus fieles: sacerdotes, consagrados, fieles laicos". "La Iglesia de Jaén necesita de todos sus diocesanos para que el Seminario cumpla con sus objetivos, para que surjan y se fomenten las vocaciones y para que se cuiden, se desarrollen y lleguen a su término en el Seminario", fundamentó.

De hecho, consideró "imprescindible" el protagonismo de los sacerdotes para que "con sus palabras y vida, sobre todo, ofrezcan ese don a los jóvenes", contexto en el que incluyó la actividad de la familia, que tienen "un papel no menos relevante en estas llamadas". "No duden en apoyar la vocación de sus hijos, si Dios os hace este regalo. Hago también esta llamada a los educadores cristianos, maestros, catequistas, profesores... Todos estamos llamados a renovar nuestro interés y afecto por los seminaristas y por quienes se preocupan y atienden su formación", manifestó.

El obispo recalcó que hablar del Seminario es referirse a "una realidad viva, a una familia muy apreciada y necesaria en el conjunto de la familia diocesana" y agregó que "en el Seminario se forman los futuros sacerdotes que serán destinados a ser los servidores de Jesucristo y de su Evangelio para todos y cada uno de los fieles diocesanos".

"El sacerdote es el hombre de entre los hombres que ha oído y conoce el grito de su pueblo. Llamado por Dios, decide entregar su vida para librarlo. Por él, actúa Dios. Es puente del amor inmenso de Dios, capaz de allanar barreras y montañas que ponemos los humanos, creyentes y no creyentes, porque la misericordia de Dios es para todos", fundamentó.

Por ello, el obispo quiso transmitir ánimo a los seminaristas para que "valoren el don recibido, para que no se pierda, para que aspiren con decisión y humildad a ser santos por este camino". "Rezamos a Dios por vosotros y por todos los llamados. Buscamos con interés estas plantas tan necesarias y escasas en nuestra Iglesia", aseguró.