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MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la ONG Horizontes Abiertos, Jaime Garralda, puso hoy en duda la veracidad de las acusaciones de abuso por parte de funcionarios a las reclusas de Alcalá-Meco (Madrid I) y aseguró que los voluntarios de la organización y los profesionales que trabajan para ella "no han notado nada raro" en la relación entre las presas y los empleados de la cárcel.

Garralda, que lleva más de 30 años trabajando en Madrid I, entre otras cárceles españolas, apuntó en declaraciones a Europa Press que "como los reclusos saben que las denuncias son mortales, a veces hay denuncias compulsivas por rencillas personales", motivo por el que cuestiona que en este caso, tengan fundamento.

"Cuando son denuncias en masa, a mí me huele a chamusquina, porque las presas en general no suelen quedarse calladas cuando tienen algún problema: si hacen algo voluntariamente no lo cuentan porque lo han hecho queriendo y si lo hacen violentadas, siempre se acaba notando" y "las denuncias masivas, suelen responder a la agresividad de alguien contra otro alguien", apostilló.

En este sentido, aseguró que en Alcalá-Meco "el ambiente es muy bueno entre las reclusas" y los funcionarios "están con ellas continuamente, charlan con ellas y tal" sin que nadie de la ONG que trabaja en la cárcel haya visto "nada grave". "Nosotros no teníamos ni idea, nadie ha notado nada raro y todo parece normal", señaló.

Horizontes Abiertos está especializada desde hace más de 30 años en el trabajo con reclusas. En Madrid I desarrollan programas de formación profesional, enseñanza de oficios y cursos de idiomas, entre otras iniciativas, como gimnasia o pilates, para las mujeres encarceladas.