Actualizado 30/09/2010 14:40

La ONU hará público el informe en el que se acusa a las fuerzas de Kagame de genocidio

Paul Kagame, presidente de Ruanda
FINBARR O'REILLY / REUTERS

El presidente ruandés ha calificado del documento de "vergonzoso" y ha amenazado con retirar sus 'cascos azules'


MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, hará público este viernes el informe en el que se acusa a las fuerzas del presidente ruandés, Paul Kagame, de "ataques sistemáticos y generalizados que podrían constituir crímenes de genocidio" contra los hutus refugiados en el este de la República Democrática del Congo (RDC) entre 1993 y 2003.

El borrador del informe, redactado el pasado mes de junio y adelantado a finales de agosto por el diario francés 'Le Monde', ha causado indignación en Kagame, que lo ha calificado de "chapucero y vergonzoso" e incluso ha llegado a amenazar con retirar a sus 3.500 efectivos de la fuerza de paz de la ONU en Darfur y Sur de Sudán.

En total, el documento --elaborado inicialmente con el apoyo expreso del Gobierno de Kinshasa y en el que participaron veinte expertos en Derechos Humanos que, entre octubre de 2008 y mayo de 2009, recopilaron documentación sobre el terreno y hablaron con numerosos testigos-- reúne en sus casi 550 páginas más de 600 casos correspondientes al periodo entre marzo de 1993 y junio de 2003. El número de víctimas mortales registradas en esa década en la región de los Grandes Lagos es incierto, pero, según 'Le Monde', fácilmente supera el millón.

Más concretamente, el informe cubre fundamentalmente dos periodos, comprendidos sobre todo entre 1996 y 1998: la invasión del entonces Zaire por parte del Ejército Patriótico Ruandés en 1996 para perseguir a los milicianos hutus huidos del país tras el genocidio de 1994, y la segunda invasión ruandesa de 1998 en la recién denominada República Democrática del Congo, efectuada en el marco de la llamada 'Primera Guerra Mundial Africana'.

LA INVASIÓN DE 1996

El objetivo de la invasión de 1996 era, sobre todo, atacar los campamentos de refugiados de Goma y Bukavu (en la región de los Kivus) para capturar a los milicianos hutus supuestamente implicados en el genocidio de 1994 y que habían huido del país tras la subida al poder del hasta entonces líder rebelde tutsi del Frente Patriótico Ruandés (FPR), Paul Kagame.

Como consecuencia de esa ofensiva, cientos de miles de los más de un millón de hutus refugiados en Zaire fueron obligados a regresar a Ruanda. Otros muchos, entre los que figuraban hombres implicados en el genocidio de 1994, pero también mujeres y niños, huyeron en columnas de refugiados hacia el interior de Zaire, donde fueron perseguidos y atacados por las tropas ruandesas y por las entonces milicias rebeldes zaireñas del futuro presidente congoleño Laurent-Désiré Kabila, la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo (AFDL).

Durante esta ofensiva a los campos de refugiados y a los hutus huidos al interior, según el informe, las fuerzas conjuntas de Kagame y Kabila cometieron ataques "sistemáticos, metódicos y premeditados contra los hutus en todas y cada una de las localidades en las que los refugiados eran descubiertos por las AFDL/FPR sobre una vasta extensión de territorio".

"La amplitud de los crímenes y el gran número de víctimas, probablemente decenas de miles, han quedado demostrados por los numerosos incidentes detallados en el informe", señala el documento. "El uso sistemático de armas blancas y las matanzas sistemáticas de supervivientes tras la ocupación de los campamentos demuestran que los numerosos fallecimientos no son imputables a las bajas colaterales de la guerra", prosigue. "Entre las víctimas figuran mayoritariamente niños, mujeres, ancianos y enfermos", añade.

Los ataques contra las columnas y los campos de refugiados, según algunas fuentes citadas por 'Le Monde', causaron alrededor de 200.000 muertos, tanto entre milicianos armados como entre mujeres, niños y ancianos, todos ellos de etnia hutu.

La persecución duró meses y, ocasionalmente, se bloquearon deliberadamente las ayudas humanitarias que se intentaban hacer llegar (a los refugiados), sobre todo en las provincias del este, privándoles de bienes esenciales para su supervivencia", indica el informe.

"Los ataques sistemáticos y generalizados revelan numerosos elementos abrumadores que, si se pueden probar ante un tribunal competente, podrían ser calificados de crímenes de genocidio", asevera el informe. El documento también advierte de que, si bien es cierto que Ruanda ha permitido el regreso de numerosos hutus, ello "no descarta la intención de destruir parte de un grupo étnico hasta el punto de constituir un crimen de genocidio".

'LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL AFRICANA'

El Ejército de Zaire no fue capaz de acometer la invasión y Ruanda aprovechó la circunstancia para llegar hasta Kinshasa y derrocar al dictador Mobutu Sese Seko, tras lo cual Kabila, fiel aliado de Kagame, accedió a la Presidencia de un país que poco después pasó a llamarse RDC.

En 1998, las tropas ruandesas irrumpieron nuevamente en el este de Congo después de romper con sus hasta entonces aliados de Kinshasa y acusar al régimen de Kabila de ayudar a los rebeldes hutus. Fue el inicio de cinco años de guerra en la que participaron ocho países y 21 grupos rebeldes. La 'Primera Guerra Mundial Africana' de 1998-2003, con alrededor de cuatro millones de muertos y con la riqueza mineral del este de la RDC como principal botín de guerra, fue una de las más sangrientas de la historia.

Al respecto, el informe también acusa a Angola de haber aprovechado su intervención en Congo para atacar a los refugiados angoleños de la provincia de Cabinda huidos a la RDC. Concretamente, el documento asegura que las fuerzas angoleñas violaron, saquearon y "ejecutaron a todo aquel del que sospechaban de colusión con el enemigo".

"CHAPUCERO Y VERGONZOSO"

Como era de esperar, el informe ha causado indignación en Kigali. El presidente Kagame lo ha calificado de "chapucero" y "vergonzoso" y ha llegado a amenazar a la ONU con retirar a sus 'cascos azules' en Darfur y en otras misiones internacionales si no se retira.

A Kagame le resulta particularmente indigesto que se le acuse de genocida, como quiera que, desde que llegó al poder, siempre se ha presentado como el hombre que puso fin al genocidio de 1994, en el que fueron asesinadas en sólo tres meses alrededor de 800.000 personas, en su mayoría tutsis.

A mediados de septiembre, el presidente afirmó en Londres que el informe "carece de fundamento, es totalmente falso y es defectuoso en muchos sentidos debido a los métodos utilizados por sus autores" e incluso aseguró que la ONU es la "verdadera responsable" de los problemas de Congo y de la región de los Grandes Lagos, "particularmente en Ruanda".

Tras la filtración del informe a 'Le Monde', el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, se desplazó de emergencia a Ruanda a principios de mes para intentar convencer al mandatario ruandés de que no relegase sus 'cascos azules' --Kagame retiró finalmente la amenaza--. Asimismo, la propia Naciones Unidas decidió aplazar la publicación del documento hasta el 1 de octubre para que los países interesados pudieran añadir los comentarios que consideraran pertinentes.

La fuerza conjunta de la ONU y la Unión Africana (UA) en Darfur (UNAMID) está liderada por el teniente general Patric Niamiumba, ruandés. Ruanda tiene 3.300 soldados y 86 policías colaborando en la UNAMID, además de otros 200 soldados en una fuerza separada en Sur de Sudán.

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