Actualizado 01/02/2010 09:46

Oxfam denuncia el fracaso de la Cumbre del Clima de Copenhague

cumbre del clima en Copenhague
reuters

Estas proposiciones de reducción no impedirán que la temperatura media suba cuatro grados en los próximos 90 años


MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

Este domingo finalizó el plazo para que los países participantes en la cumbre de Copenhague den a conocer sus propuestas de reducción de gases contaminantes, lo que para Oxfam Internacional será el "fracaso de la primera prueba" surgida tras la cumbre en el país nórdico y el principio de un proceso que llevará al mundo a ser "cuatro grados más caliente".

Los líderes internacionales han fracasado hasta el momento a la hora de proponer los recortes adecuados en las emisiones de gases contaminantes. La ONG señala a la Unión Europea, Japón y Australia, quienes ya han puesto sus planes sobre la mesa, "ninguno de los cuales mejoran las ofertas ya existentes" antes de Copenhague.

Se espera que los países ricos reduzcan sus emisiones hasta entre un 12 y 18 por ciento por debajo de los niveles registrados en 1990, es decir, menos de la mitad del 40 por ciento necesario para que en estos países se mantenga la temperatura en el nivel que Oxfam considera adecuado. Si estos países se atienen al 12-18 por ciento previsto, los científicos predicen que la temperatura media del planeta subirá cuatro grados para 2100.

Este ascenso de la temperatura creará, según los científicos, "un mundo tullido por la sequía, en el que cuatro mil millones de personas estarán directa o indirectamente afectadas por la escasez de agua en todo el mundo, con sequías cada diez años en el sur de África y Europa, donde este tipo de fenómenos suele tener lugar una vez cada siglo.

"Los líderes mundiales van a fracasar en su primera prueba desde la declaración de Copenhague. Han reconocido que las temperaturas deberían mantenerse por debajo del nivel de emergencia de dos grados, pero todavía siguen hablando de reducciones que desembocarán en un aumento de cuatro grados", explicó el asesor climático de Oxfam, Antonio Hill.

Es un acuerdo que demuestra que ni siquiera el mínimo común denominador acordado por los países garantiza los recortes necesarios para evitar semejante calentamiento. Por ello, Oxfam solicita que el objetivo global de la reducción de emisiones de acuerdo con datos científicos sea calculado conforme a las responsabilidades históricas de cada país, y de su capacidad económica para resolverlo.

CIFRAS RECOMENDADAS

Europa, por ejemplo, debería haber recortado en 2020 su nivel de emisiones hasta un 44 por ciento por debajo de 1990. En total, la reducción supondría para los países ricos una inversión de cerca de 200.000 millones de dólares anuales para que los países en vías de desarrollo reduzcan sus propias emisiones.

El acuerdo de Copenhague, recuerda Oxfam, pretende recaudar 100.000 millones de dólares al año, pero es una cifra que depende de la puesta en marcha de un comité de supervisión --Panel de Alto Nivel-- que establecerá las directrices para el reparto y envío de dinero.

Otros 30.000 millones de dólares, según Copenhague, son fondos de emergencia. Están destinados a los países más pobres y vulnerables a los efectos del cambio climático durante los próximos tres años. Se pone como ejemplo a Bangladesh, "uno de los países más vulnerables del mundo", que necesita un millón y medio de dólares sólo para que las comunidades costeras puedan disfrutar de agua potable, ya que sus reservas históricas de agua limpia se encuentran contaminadas por la sal marina tras estos años sin lluvias.

En este sentido, Hill señaló que la próxima gran prueba consiste precisamente en demostrar que los países firmantes del acuerdo son capaces de aportar el dinero prometido, teniendo en cuenta además que nadie sabe si esta cantidad será insuficiente si el actual régimen de temperaturas se mantiene el año próximo. El propio concepto de fondos de emergencia implica que "el dinero a recibir puede variar dependiendo de cómo los países más pobres se adapten al cambio climático".

En términos generales, "la triste respuesta de los países" demuestra que el Acuerdo de Copenhague no soluciona "nada", según Oxfam, que pide un pacto regulado por Naciones Unidas que sea capaz de "limitar las emisiones globales necesarias" y que "asegure que la voz del Tercer Mundo sea escuchada".

Porque el problema es real. "Es necesario comenzar ahora con las verdaderas negociaciones. Cada año que nos retrasamos mueren 150.

000 personas y un millón resultan desplazadas como consecuencia del cambio climático", apunta la ONG.

RESPALDO SOBRIO

Los países que representan al menos dos tercios de las emisiones --liderados por China, Estados Unidos y la Unión Europea--, junto con emisores menores, desde Filipinas a Malí, firmaron el acuerdo de Copenhague, pero la intención no debe terminar ahí. La Secretaría para el Cambio Climático de Naciones Unidas planea publicar mañana una lista de propuestas. Eso podría presionar a todos para que mantengan sus promesas, pero la secretaría añade que la fecha límite de hoy es "flexible".

Esta "flexibilidad" se debe, según indicó a Reuters el director de política de energía y clima de la consultoría climática Ecofys, Niklas Hoehne a que "la mayoría de (las promesas de) los países industrializados están en la categoría "inadecuada.

"La de Estados Unidos no es suficiente, la de la Unión Europea no es suficiente. Para la mayoría de los países desarrollados (el compromiso) aún está lejos de lo que se espera, excepto por Japón y Noruega", dijo, aunque destacó que algunos países en desarrollo como Brasil o México estaban haciendo esfuerzos relativamente más importantes.

PricewaterhouseCoopers LLP indicó por su parte que, con las proyecciones actuales el mundo excedería "el presupuesto de emisiones de carbono" para la primera mitad de este siglo en el 2034, 16 años antes de lo calculado.

En respuesta, la Unión Europea planea reducir las emisiones en un 20 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el 2020, y en un 30 por ciento si se realizan otros recortes profundos. Estados Unidos planea una reducción de un 17 por ciento inferior a los niveles del 2005 para el 2020, o un 4 por ciento menor a los niveles de 1990.

"Los precios del carbón se ven en una posición relativamente baja hasta que el crecimiento económico repunte o hasta que se adopte una meta más ambiciosa", dijo Richard Gledhill, experto climático de PricewaterhouseCoopers, sobre la meta de la UE. "Esto seguirá postergando la inversión de capital en tecnología de baja emisión de carbono", dijo en un comunicado.

El acuerdo de Copenhague, alcanzado tras una cumbre el 18 de diciembre en Dinamarca, no fue adoptado como un plan de la ONU para cambiar los combustibles fósiles por la oposición de un puñado de naciones en desarrollo como Venezuela y Sudán. Una complicación posible es que algunos países, entre ellos China e India, hayan escrito a Naciones Unidas entregando metas para el 2020 pero sin respaldar explícitamente el Acuerdo de Copenhague.