Actualizado 17/10/2007 21:42

A partir de 2010, 175 millones de niños sufrirán desastres naturales fruto del cambio climático, según Save The Children

El impacto de la malaria crecerá entre un 45% y un 60% a final de siglo y evitarlo es "responsabilidad de los gobiernos"


MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

En 2010 habrá en todo el mundo 50 millones de 'desplazados medioambientales' la mayoría niños, y, a partir de entonces, 175 millones de menores sufrirán cada año las consecuencias de desastres naturales fruto del cambio climático, según un informe presentado este miércoles por la ONG internacional Save The Children.

El acto, organizado en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, contó con la participación del director de la Unidad Infantil y Juvenil del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Theodore Oben; la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Teresa Ribera; la presidenta de World Future Council, Bianca Jagger; el presidente de Save The Children, José Miguel Contreras y el director de la organización, Alberto Soteres.

El trabajo, titulado '¿Un futuro de catástrofes?', expone el impacto que el calentamiento global tendrá de modo específico sobre la infancia en los próximos años, a partir de los desastres naturales que pudiera acarrear. Estos fenómenos se incrementaron un 15% entre 2005 y 2006 y, aunque no todos se derivaron del cambio climático, los que generaron el 98% de los damnificados sí tenían vinculación directa con el incremento general de las temperaturas, como explicó Contreras.

Así, la organización denuncia que, dado que "el calentamiento global es un hecho y su impacto sobre la humanidad será dramático", los países donantes tienen que abandonar "la pasividad (...) totalmente inexcusable" que mantienen y transferir con urgencia más fondos para los programas de Reducción de Riesgo en Desastres (RRD), ligados a las medidas existentes destinadas a incrementar la protección de la infancia y de las familias desfavorecidas.

Si no se adoptan estas medidas, el mundo se enfrentará a una situación de mortandad, morbilidad y desplazamiento sin precedentes que impactará especialmente en los países pobres. En 2020, "entre 75 y 250 millones de personas en África se verán afectadas por la escasez de agua", al igual que en el Sur y Este de Australia, y 30 años después, serán unos mil millones de asiáticos quienes se enfrenten a la misma situación, mientras 600 millones de niños habitantes de zonas costeras habrán perdido su hogar.

Para Teresa Ribera, "el cambio climático plantea retos que no tienen parangón" porque "jamás hemos tenido que afrontar una realidad tan aterradora como la que plantea" el impacto del calentamiento global, que "se va a cebar con aquellas poblaciones más vulnerables" agravando "los problemas de pobreza y desigualdad en el mundo".

Por eso, coincidió con el responsable del PNUMA en destacar la importancia de incorporar de forma transversal el cambio climático a las políticas de cooperación al desarrollo. Oben incidió además, en la participación de los jóvenes en la lucha por el Medio Ambiente ya que "no se puede lograr un desarrollo sostenible sin contar con los niños". Esta es la misma tesis de Jagger, que encabeza la campaña 'KidsCall' en reivindicación de "políticos valientes que sepan tomar las decisiones necesarias" para un protocolo post-Kyoto.

AMENAZAS A LA SALUD DE LA INFANCIA

Aunque el 10% de la población mundial son niños menores de cinco años, la OMS asegura que este grupo de edad sufre el 40% de las enfermedades relacionadas con el medio ambiente y especialmente con el agua. En la actualidad, muere un niño cada 15 segundos por falta de agua potable y, de los 2 millones que mueren por agua contaminada cada año, 1,6 millones son niños.

La falta de agua potable y la contaminación de la existente dará lugar, además, a la propagación de enfermedades. Save The Children recuerda que "el porcentaje de la población mundial expuesta a la malaria crecerá entre un 45% y un 60% a final de siglo", una enfermedad que hoy ya es la principal causante de la muerte infantil, y que resulta especialmente devastadora cuando se trata de niños que sufren desnutrición. En el mundo hay cuarenta millones de menores con malnutrición extrema.

Pese a ello, en América Latina o Asia, por ejemplo, el 86% y el 65% respectivamente, de las "aguas residuales urbanas se vierten sin tratar a los ríos". Sólo en un gramo de este agua "puede haber 10 millones de virus, un millón de bacterias, 1.000 quistes de parásitos y un centenar de huevos de helmitos, causantes de enfermedades como diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea, helmintiasis y tracoma".

A esta realidad hay que sumar el efecto de la desertificación fruto del calentamiento global. En la actualidad, "el 53% de las muertes entre menores de cinco años están directamente relacionadas con la malnutrición", una carencia que se verá incrementada por las sequías cíclicas que acompañan al cambio climático y que impulsarán la propagación de enfermedades propias de las altas temperaturas y la escasez de alimentos.