Actualizado 27/07/2009 20:03

Los periodistas españoles que cubrieron las elecciones en Irán denuncian censura y "graves" restricciones tecnológicas


MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -

Diversos corresponsales y enviados especiales españoles que se trasladaron a Irán a principios del pasado mes de junio para cubrir las elecciones presidenciales denunciaron este lunes los procesos de censura y las "graves" restricciones tecnológicas que sufrieron en el país asiático desde el momento en que se hizo público el resultado de los comicios, lo que, según apuntaron, "va en contra" del propio régimen, pues impide dar voz a partidarios del presidente reelegido, Mahmoud Ahmadineyad.

Así, para el periodista del diario ABC y EITB, Mikel Ayestarán, estas dificultades provocaron que la cobertura ofrecida por la prensa internacional a lo largo del proceso electoral fuese "totalmente parcial". "Los medios nos posicionamos completamente del lado reformista sin atender a los partidarios de Ahmadineyad, pero tampoco tuvimos acceso a los núcleos rurales en los que se concentraban las grandes bolsas de apoyo al presidente electo", explicó en el transcurso de una mesa redonda sobre 'Periodismo libre y de calidad', organizada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).

"La prensa hemos acabado por convertirnos en protagonistas de una historia que no era la nuestra", se lamentó Ayestarán. Sin embargo, denunció que las acusaciones de "falta de ética y de mala información" a las que se vieron sometidos por parte de las autoridades iraníes "no tienen sentido" si se tiene en cuenta la falta de recursos y las dificultades con las que tuvieron que desempeñar su labor. "Acabaron por quitarnos las acreditaciones, aludiendo a que no podían garantizar nuestra seguridad en las calles", explicó.

Por su parte, para enviada especial de TVE, Yolanda Álvarez, la cobertura de los acontecimientos que rodearon a las elecciones fue "mucho más complicada" ya que, al ser una televisión, a su equipo "le resultaba casi imposible pasar desapercibido". "En estos casos la discreción es clave y para nosotros era complicado al tener que llevar las cámaras", señaló. No obstante, destacó que "no les gusta esconderse". "Queremos poder hacer nuestro trabajo de forma legítima, acreditados como profesionales y sin tener que ocultarnos o disimular lo que somos", criticó.

Asimismo, la redactora apuntó que fueron capaces de introducirse en la marcha verde de apoyo a Mousavi y de recopilar datos que les llevan a sospechar que "la cifra de muertos a consecuencia de los disturbios generados fue superior a lo que aseguraron desde el gobierno del país". Aún así, su "principal carencia" fue la imposibilidad de enviar imágenes para su emisión en directo en España. "Para una televisión la imagen es fundamental y nos es muy complicado explicar algo sin disponer de ellas como ocurrió en Irán", subrayó.

LOS PERIODISTAS, VÍCTIMAS DE UNA PERSECUCIÓN

Por otra parte, para el veterano corresponsal de La Vanguardia en Oriente Próximo, Tomás Alcoverro, que fue el encargado de cubrir el desarrollo de la revolución iraní de Jomeini en 1979, "no existen similitudes entre ambos procesos". "Por aquel entonces casi no había periodistas, nada que ver con los 600 que se congregaron en esta ocasión, no existían restricciones y la información era muy fácil de conseguir; ahora las cosas han cambiado radicalmente", afirmó. En este sentido, aseguró que, tras el resultado de los comicios, los periodistas se convirtieron en "víctimas de persecuciones y detenciones".

En esta línea, Alcoverro destacó que la revolución iraní "envejece a pasos agigantados, a diferencia de otras como la china o la soviética". "La gente está cansada y acontecimientos como los que se desencadenaron tras las presidenciales demuestran que se está produciendo un proceso de cambio histórico y de reforma en el país que puede llevar a una nueva situación de poder", dijo.

Finalmente, la presidenta de la federación, Magis Iglesias, reiteró la condena del organismo que preside al tratamiento que se dio a la prensa aquellos días en los que "paradójicamente" Irán se declaró víctima de un complot de los medios de comunicación internacionales. "En un momento especialmente crítico para el periodismo como el que vivimos ahora y de profundo cambio es fundamental que todo el colectivo nos unamos y luchemos por defender el libre ejercicio de nuestra profesión", concluyó.