Actualizado 12/11/2010 15:23

Pruebas de ADN demuestran que el pelo que justificó la ejecución de un hombre en EEUU no era suyo


NUEVA YORK, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

Unas pruebas de ADN realizadas esta semana han demostrado que el pelo que se halló en la escena de un asesinato cometido en 1989 en el estado de Texas, en el sur de Estados Unidos, y que se creía que pertenecía a Claude Jones, que fue ejecutado por ello en el año 2000, era en realidad de la víctima, según informó este jueves el periódico 'Texas Observer'.

Jones siempre había asegurado que no fue él quien entró en una licorería de Texas y mató a tiros al propietario durante un robo. Su condena se basó en una única prueba forense: un pelo que, según los fiscales, era suyo.

Pero esta semana se han conocido los resultados de las pruebas de ADN --solicitadas por el 'Observer' y por Innocence Project, una organización con sede en Nueva York-- y revelan que el pelo era de la víctima del crimen, Allen Hilzendager. Un día antes de que lo ejecutaran, Jones pidió un aplazamiento para que se realizasen pruebas de ADN, pero el entonces gobernador de Texas, George W. Bush, no lo autorizó.

Dado que las pruebas realizadas no implican a otro agresor, los resultados no demuestran la inocencia del condenado, pero el pelo era la única prueba que le situaba en la escena del crimen. Es decir, los resultados no indican que no fuese culpable pero sí lo ponen en duda.

Barry Sheck, cofundador de Innocence Project, señaló en un comunicado que estas conclusiones "demuestran que los testimonios sobre la muestra de cabello en la que se basaba todo el caso estaban equivocados". "Una ciencia forense poco fiable y una revisión del proceso tras la condena totalmente inadecuada le costó la vida a Claude Jones", añadió.

Jones, que tenía 60 años cuando fue ejecutado en diciembre de 2000, fue el último hombre cuyo ajusticiamiento fue aprobado por Bush cuando era gobernador. Sin embargo, los documentos del caso ponen de manifiesto que Bush, que ha defendido que se hagan pruebas de ADN en los casos de pena de muerte, no fue informado por el personal de su oficina de que lo que pretendía Jones era que se hiciesen precisamente este tipo de test.

Cuando Jones fue condenado, en 1990, no existía la tecnología que se ha aplicado en las pruebas de esta semana, la del ADN mitocondrial. Pero ya existía en 2000, cuando Jones pidió a dos tribunales de Texas y luego al gobernador el aplazamiento de la ejecución.

Aunque ya son varios los casos de pena de muerte en Estados Unidos en los que han surgido dudas a raíz de los resultados de pruebas de ADN, éstas no han demostrado de momento la inocencia de ningún preso ejecutado.

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