MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El director del secretariado de la comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Luis Pinilla, ha asegurado que seguirá luchando por los niños y niñas inmigrantes, ante el caso de Abou, el niño que intentó cruzar la frontera en una maleta después de que a su padre "se le hubieran agotado los recursos legales" para lograr estar con él. "Si hay maletas --añade-- es porque hay sueños". Y si no que se lo pregunten a Abou y a su padre".
"A sus 42 años soñaba con abrazar a su hijo (solo quería eso) trayéndolo de una manera tan peculiar, a través de Fátima, cuando se le habían agotado los recursos legales que hoy mismo se vuelven a pedir para evitar la separación familiar. Quizás esta manera de llegar era más fácil --al menos era más rápida-- que cuando él llegó hace años, en cayuco a Canarias", apunta en un artículo publicado en la web de entreParéntesis, de la Compañía de Jesús.
Pinilla explica que la foto del niño dentro de una maleta le "golpeó el rostro y el corazón". "Abou sacó la cabeza de entre un puñado de ropas y de sueños: 'Je m'appelle Abou', dijo en francés", recuerda.
En todo caso, señala que, por lo menos, "Abou tuvo más suerte que los 50 niños ahogados en la tragedia siempre penúltima del Mediterráneo" y recuerda la imagen del cadáver de una niña africana fotografiado días después flotando en el mar.
Pinilla se pone en el lugar de ambos niños, "viajando en la maleta o en la patera, naufragando en la huida, por tierra o por mar, hundiéndose o ahogándose". "¡Qué más da!", exclama, para preguntarse "¿qué hacer con la injusticia?". "Abou y la niña africana en el Mediterráneo eras tú; soy yo", advierte.
Por ello, se compromete a "seguir luchando por las niñas y los niños emigrantes" y asegura que no dejará que le "mientan los que hablan de construir más vallas o hundir las barcas en esta hora individualista e insolidaria".
El responsable de la CEE hace esta reflexión mientras viaja entre las decenas de maletas de otros viajeros y con una camiseta en la que se puede leer 'Je suis Abou' junto a una fotografía de las dos orillas del Mediterráneo.
