Actualizado 11/02/2010 20:49

El seísmo puede ser "una oportunidad" para mejorar el sistema sanitario, según MSF


MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El terremoto en Haití puede ser "una oportunidad extraordinaria" para que en el país se cree un nuevo sistema de salud de mejor calidad y accesible para todos. Esa es la esperanza al menos del jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el país caribeño, Stefano Zannini, quien asegura que se quedará al menos un año más porque lo que necesitan los haitianos es "gente que se comprometa y quiera estar a su lado".

En una entrevista concedida a Europa Press, Zannini subrayó que Haití era un país con un sistema sanitario muy deficiente antes del terremoto por lo que la vuelta a la normalidad en este terreno será simplemente el paso de una situación "catastrófica a una dramática". Por ello, según él, el terremoto podría ser una "oportunidad extraordinaria para recomenzar desde cero y crear un sistema de salud más adecuado, de calidad y accesible".

Para que esto ocurra, se debe dar "prioridad máxima en la agenda política de los donantes internacionales" al aspecto sanitario y sobre todo que "Haití no se pierda en el olvido". El país caribeño "ha pasado por épocas muy duras" y los haitianos son "admirables en su capacidad de resistencia y aguante y en su voluntad de seguir adelante, y esa gente se merece un esfuerzo serio y eficaz por parte de la comunidad internacional", subrayó.

Según Zannini, "hay necesidad de personas que se comprometan a estar al lado de los haitianos", por lo que él tiene previsto quedarse al menos hasta abril de 2011 porque "los problemas de Haití no se resuelven en cuatro semanas" que han pasado desde el terremoto.

SITUACIÓN SANITARIA

En cuanto a la situación sanitaria, explicó que todavía se están realizando las últimas operaciones de fracturas sufridas por el seísmo y se está volviendo a operar a aquellas personas que han sufrido infecciones posteriores o cuya intervención inicial no se realizó adecuadamente.

Todas estas personas necesitan atención postoperatoria y un seguimiento médico de semanas e incluso meses, y en esto es en lo que está trabajando MSF, además de en prestar asistencia psicológica tanto a las trabajadores de la ONG --cuenta en estos momentos con 360 expatriados y 1.200 haitianos-- como a los pacientes.

Además, se están comenzando a producir "algunos casos de malaria y tétanos debido a las condiciones precarias" en que viven los supervivientes y a la falta de higiene. La llegada de la temporada de lluvias puede complicar la situación pero en cuanto a la presencia aún de cuerpos de las víctimas entre los escombros, el jefe de la misión de MSF negó que esto suponga un "riesgo de epidemia, a menos que los cuerpos estuvieran ya contagiados de alguna enfermedad".

Además, el personal de MSF, organización que ya estaba presente en Haití antes del terremoto, está "comenzando a atender los casos que se atendían con anterioridad, por ejemplo embarazos complicados", indicó. Según Zannini, la tasa de mortalidad materna en Haití es cuatro veces superior a la de América Latina y 50 veces superior a la de Estados Unidos y Canadá.

YA NO ESTÁN DESBORDADOS

El responsable de MSF aseguró que sus equipos ya no están "desbordados, puesto que el número de pacientes ha disminuido" y ahora lo que se está haciendo es "cambiar los servicios médicos y adaptarlos ya que ahora las necesidades quirúrgicas no son tantas como después del terremoto". Por ello, dijo, "iremos reduciendo poco a poco el número de expatriados" en las próximas semanas.

MSF ha atendido en Haití en el último mes a 11.500 personas y operado a 1.400, precisó. De estas últimas, 140 tuvieron que sufrir amputaciones, una cifra normal en este tipo de catástrofes, según Zannini, que insistió en que ya no es necesario "mantener el ritmo de las últimas cuatro semanas".

No obstante, reconoció que dado que en los próximos meses muchas ONG irán abandonando el país, cuando esto ocurra "los que nos quedemos tendremos de nuevo una gran carga de trabajo". "Siempre hay una invasión inicial y luego pocos se quedan", reconoció, asegurando que "la ayuda está llegando pero es innegable que las necesidades son tan profundas y graves que no todas están satisfechas".