Actualizado 05/02/2013 19:51

Un sexagenario vigués acusado de abusos a una menor alega que hizo los tocamientos con fines didácticos

Se enfrenta a seis años de prisión por abusos y por tenencia de pornografía infantil


VIGO, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un vigués de 68 años de edad, Francisco Javier R.G., que ha sido juzgado este martes como presunto autor de un delito de abuso sexual continuado hacia una menor, ha reconocido ante el tribunal que realizó tocamientos a esta niña, de 12 años de edad, aunque ha precisado que los hizo con fines didácticos y sin ánimo lujurioso.

En la vista celebrada en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, el acusado ha explicado que, efectivamente, realizó tocamientos a la menor, aunque ha matizado que lo hizo con el afán de enseñarle los lugares de la anatomía femenina que le podrían proporcionar placer. También ha señalado que era la propia niña la que le hacía preguntas sobre estas cuestiones.

Los hechos se remontan a octubre de 2011, cuando la menor y su madre se encontraban a punto de ser desahuciadas de su vivienda y el acusado, que conocía a la mujer por ser habitual de una cafetería en la que ella solía trabajar, se ofreció a acogerlas en su casa.

Los tocamientos se produjeron durante los cuatro días en que madre e hija convivieron con el hombre. Esta convivencia se terminó cuando, en una discusión, el acusado propinó una bofetada a la pequeña, lo que provocó que ella y su madre decidieran abandonar el domicilio.

Según el relato de ambas, que declararon por videoconferencia desde Almería --donde ahora residen--, cuando abandonaban ese domicilio en coche, la niña confesó que había sido víctima de tocamientos en dos ocasiones y que el hombre también le había abofeteado antes.

PETICIÓN DE PENAS

La Fiscalía pide para el acusado cinco años de cárcel por un delito de abusos continuados y otro año más por tenencia de pornografía infantil, ya que la Policía encontró en su poder fotografías de menores, algunos de ellos desnudos. También pide cinco años de alejamiento y una indemnización de 1.750 euros por daños morales y lesiones.

Por su parte, la defensa pide la absolución o, en caso de que sea condenado, que lo sea por dos faltas de vejaciones, y que se tengan en cuenta la atenuante de colaboración y el hecho de que ya depositó el pago en concepto de responsabilidad civil.