Actualizado 20/07/2010 18:59

Uganda defiende la deportación de 1.800 ruandeses y dice que el hambre no es motivo para solicitar asilo


KAMPALA, 20 Jul. (Reuters/EP) -

Uganda rechazó las acusaciones de que ha incumplido el Derecho Internacional por repatriar forzosamente la semana pasada a refugiados ruandeses, y aseguró que las 1.800 personas enviadas de vuelta a su país de origen eran demandantes de asilo cuyas solicitudes no fueron aceptadas.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denunció el 16 de julio que, aunque es consciente de que existe un acuerdo entre los dos gobiernos para repatriar a los solicitantes de asilo cuyas solicitudes no han sido aceptadas, las repatriaciones forzosas incumplieron sus normas nacionales y el Derecho Internacional.

"El grupo consistía en aquellas personas que habían agotado el proceso de asilo incluido el proceso de apelación", afirmó el ministro para la Preparación de Desastres y Refugiados, Tarsis Kabwegiere. Añadió que un comité para determinar la elegibilidad de los refugiados examinó a todos los ruandeses en campamentos que no estaban bajo el cuidado de ACNUR entre el 26 de abril y el 3 de julio para determinar su estatus de refugiados, y que 1.800 personas fueron halladas no elegibles.

"Uganda no fomentará un statu quo de refugiados encubiertos (...); la falta de tierra, el hambre y la pobreza nunca han sido motivos, como se ha defendido en estos casos rechazados", añadió.

ACNUR acusó a las autoridades ugandesas de usar la fuerza durante la repatriación del pasado 14 de julio que dio lugar a la muerte de dos hombres cuando saltaron de los camiones y la separación de niños de sus madres. Al menos 25 personas resultaron heridas en la operación.

Uganda alberga a unos 11.300 refugiados ruandeses. Miles de personas huyeron de Ruanda después del genocidio de 1994 en el que fueron asesinados cerca de 800.000 hutus y tutsis moderados.

De acuerdo con ACNUR, algunos de los que fueron repatriados forzosamente a Ruanda cuentan con un estatus de refugiado de buena fe en Uganda. Kabwegiere aseguró que Uganda ha respetado todas sus obligaciones en virtud de los tratados de protección a los refugiados internacionales mientras realizaba las deportaciones. "Algunas de estas personas no quieren volver a casa porque son delincuentes, y no podemos dar un santuario para personajes como estos", señaló.