Actualizado 17/12/2013 21:26

AI denuncia agresiones sexuales y otros abusos durante las protestas en Estambul

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este miércoles las "graves violaciones de Derechos Humanos" cometidas por las autoridades turcas durante las protestas que comenzaron el pasado mes de mayo en el parque Gezi de Estambul y se extendieron a la capital, Ankara, y otras ciudades del país. Entre los abusos recogidos por la organización figuran el uso de munición real contra manifestantes, las agresiones sexuales y las "brutales palizas" a los detenidos.

   La organización ha publicado este miércoles un informe en el que exponen con detalle los excesos más graves cometidos por la Policía durante las protestas y en el que se denuncia la muerte de al menos tres manifestantes aparentemente a causa del "uso abusivo de la fuerza por parte de la Policía". Asimismo, el informe lamenta la falta de actuaciones judiciales respecto a estos abusos, mientras que, "sin embargo, se ha procesado y acosado a quienes participaron en las protestas".

   "El intento de reprimir el movimiento de protesta del parque Gezi implicó una serie de violaciones de Derechos Humanos en grandísima escala", ha declarado el experto de Amnistía Internacional sobre Turquía, Andrew Gardner. "Entre ellas, se encuentran la negación rotunda del derecho de reunión pacífica y la violación del derecho a la vida, a la libertad y a no sufrir tortura o malos tratos", ha manifestado.

   El informe ha sido elaborado a partir de la observación directa de las manifestaciones en Estambul y Ankara y de las entrevistas, en cuatro ciudades del país, a decenas de personas que habían resultado heridas a manos de la Policía o habían sido detenidas ilegalmente, golpeadas o agredidas sexualmente durante la detención.

   Entre las violaciones de Derechos Humanos documentadas por Amnistía Internacional destacan el uso frecuente, por parte de la Policía, de balas de plástico disparadas directamente a la cabeza y el torso de los manifestantes; la utilización de botes de gas lacrimógeno arrojados directamente contra manifestantes, transeúntes o, en ocasiones, edificios residenciales y centros médicos, a consecuencia de los cuales cientos de personas resultaron heridas "y, según testigos, al menos una murió"; y el añadido de sustancias químicas irritantes al agua de los cañones.

   Asimismo, el informe denuncia las "brutales palizas propinadas a manifestantes y otras personas, a consecuencia de las cuales una persona murió y decenas resultaron heridas"; los abusos sexuales contra mujeres manifestantes a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley; y el uso de munición real, "que causó la muerte a un manifestante".

   "El nivel de violencia utilizado por la Policía durante las protestas del parque Gezi muestra claramente lo que sucede cuando unos agentes de Policía poco formados y poco supervisados reciben instrucciones de utilizar la fuerza, y son animados a no escatimarla, sabiendo que probablemente nunca serán identificados o enjuiciados por los abusos que cometan", ha advertido Andrew Gardner.

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