MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Amigos de la Tierra asegura en su informe '¿Quién se beneficia de los cultivos transgénicos?' que este tipo de cultivo incrementa las emisiones de dióxido de carbono (CO2), ya que son responsables de "espectaculares aumentos en el uso de pesticidas", tanto en Estados Unidos como en América Latina, intensificando el uso de combustibles fósiles, lo que no ayuda a solucionar el problema del cambio climático.
El informe revela también que los cultivos transgénicos siguen recluidos a menos de un 3 por ciento de la superficie agrícola mundial y que más del 99 por ciento de estas cosechas se destinan a alimentar animales y a producir agrocombustibles (también conocidos como biocombustibles), y no a la alimentación.
"Las graves preocupaciones sobre los impactos negativos de los cultivos transgénicos implican que muchos gobiernos son todavía prudentes en su adopción. India, por ejemplo, ha aprobado recientemente una moratoria al cultivo de berenjena transgénica debido a los riesgos sobre la salud, el medio ambiente y sus impactos socioeconómicos", señala el informe.
Asimismo, apunta que "todavía no hay ni un solo cultivo transgénico comercializado que incremente los rendimientos, sea tolerante a la sequía o a la salinidad, mejore las propiedades nutricionales o cualquier otro de los supuestos beneficios publicitados por las multinacionales de la biotecnología agraria".
MENOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS EN EUROPA.
El estudio destaca que en Europa la superficie cultivada con transgénicos ha caído por quinto año consecutivo, con una reducción superior al 10 por ciento respecto a 2008. En total, la superficie agraria cultivada con transgénicos en este continente supone menos del 0,5 por ciento, siendo España el único país de la Unión Europea que los cultiva a gran escala. "Este dato refleja la firme oposición social y la preocupación política por los impactos negativos de los cultivos modificados genéticamente", destaca.
En este sentido, el responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra España, David Sánchez, pidió que España también prohiba el cultivo de transgénicos en base al principio de precaución, y deje de priorizar los intereses de las multinacionales frente a la defensa de los derechos de los consumidores y del medio ambiente.
Además, critica que este tipo de cultivo perjudique el desarrollo de verdaderas soluciones para la crisis alimentaria y la crisis climática, pues absorben financiación que podría ir dedicada a soluciones reales e impide el acceso de los campesinos a las semillas y al conocimiento.
Por su parte, el coordinador de la campaña de agricultura y alimentación de la asociación ecologista, Martín Drago, se quejó de que los cultivos transgénicos están siendo promocionados como la solución al cambio climático, "cuando en realidad están destruyendo bosques, empeorando las condiciones de los agricultores e incrementando las emisiones de efecto invernadero".
