MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha instado a las autoridades kenianas a que investiguen la muerte de un comerciante que, según ciertos informes, fue abatido a tiros por la Policía durante una protesta contra los desalojos forzosos que se han llevado a cabo en un asentamiento de Nairobi.
Jackson Maina Kihato, de 74 años, murió el lunes cuando intentaba protestar por la paliza que había sufrido una mujer a manos de la Policía durante las manifestaciones en el asesentamiento de Kabete NITD. Desde el pasado 10 de julio, cuando alrededor de mil personas perdieron sus viviendas y sus puestos de mercado a causa de un desalojo forzoso, no han cesado las protestas en el asentamiento.
"Un hombre que había perdido su hogar y su medio de sustento en un desalojo forzoso la semana pasada ha muerto ahora por tratar de defender a una vecina frente a la violencia de la Policía", denunció el director de Amnistía Internacional-Kenia, Justus Nyang'aya. "La persona responsable de este terrible ataque, que al parecer no fue provocado, debe ser llevada ante la justicia sin dilación", añadió.
Las personas que participaron en la protesta del pasado lunes --en su mayoría mujeres comerciantes que habían perdido sus puestos y sus hogares en la demolición de la semana pasada-- habían bloqueado la carretera colindante con el lugar donde se produjeron las demoliciones, para poder manifestarse.
La Policía llegó al lugar y trató de dispersar a los manifestantes con gas lacrimógeno. Al no lograrlo, según Amnistía, los agentes comenzaron a golpear a los manifestantes con porras.
Durante las protestas, Jackson Maina Kihato se acercó a un agente de Policía para quejarse de la paliza que otro agente le estaba propinando a una mujer. Según informes, el agente le disparó al hombre de 74 años en el pecho a corta distancia. Jackson Maina Kihato y su esposa eran comerciantes en Kabete NITD, antes de su demolición.
"Las víctimas de desalojos forzosos en Kabete NITD deben recibir ayuda humanitaria y ser indemnizadas por sus pérdidas", declaró Justus Nyang'aya. "La Policía keniana hizo uso de una fuerza excesiva e inaceptable para dispersar a los manifestantes no armados", agregó.
