MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) ha reclamado a las autoridades colombianas que investiguen la muerte de al menos 27 indígenas de la etnia awá en el departamento de Nariño, en el suroeste del país, supuestamente a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), el 11 de febrero las FARC matarin a diez 10 awá en Nariño. Asimismo, según los informes, el mismo grupo guerrillero había matado el 4 de febrero a otros 17 awá en el mismo departamento. También se han recibido informes del secuestro de un número desconocido de indígenas awá.
En una declaración pública, Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades colombianas que abran "de inmediato" una minuciosa investigación sobre los homicidios y que pongan a los responsables a disposición judicial.
"Si se verifican, estos homicidios suponen otro ejemplo trágico más del gran número de violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario y abusos contra los Derechos Humanos perpetrados contra comunidades indígenas por todas las partes, los grupos guerrilleros, los paramilitares y las fuerzas de seguridad, en el largo conflicto armado colombiano", declaró el investigador de Amnistía Internacional sobre Colombia, Marcelo Pollack. "El homicidio deliberado de civiles constituye un crimen de guerra", advirtió.
Amnistía Internacional ha pedido también a las autoridades colombianas que garanticen la seguridad de la comisión humanitaria que trata de desplazarse hasta la zona para verificar los hechos. La organización pide además a la guerrilla que prohíba el homicidio deliberado de civiles y ponga en libertad a todos los awá y al resto de los civiles que mantiene cautivos.
Según AI, el conflicto interno de Colombia entre guerrilleros, por un lado, y paramilitares y Ejército, por el otro, se ha caracterizado por un "extraordinario nivel de abusos contra los Derechos Humanos y de violaciones del Derecho Internacional Humanitario".
"Con mucho, las principales víctimas han sido siempre civiles: han muerto decenas de miles, entre tres y cuatro millones han resultado desplazadas internamente y miles más han sido objeto de desaparición forzada o secuestro por las fuerzas de seguridad, los paramilitares o los grupos guerrilleros", aseguró.
"Todas las partes del conflicto deben respetar el derecho a la vida de los pueblos indígenas, así como el de otras comunidades civiles, y garantizar que no se ven arrastradas al conflicto", concluyó Marcelo Pollack.
