Actualizado 17/12/2013 21:57

Amnistía Internacional pide a España que adopte medidas especiales para ayudar a refugiados sirios


MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional ha advertido de que España está "a la cola" de los países europeos con programas de reasentamiento para refugiados sirios y ha instado al Gobierno de Mariano Rajoy a adoptar medidas especiales como la eliminación de visados o la entrega de ayuda a los países de acogida.

Amnistía ha recogido más de 30.000 firmas a través de su página web para instar a Rajoy a "hacer más", toda vez que la organización considera insuficiente la respuesta dada por España.

En este sentido, ha reclamado la creación de un programa de reasentamiento "generoso" para las personas que han huido de Siria y se encuentran en Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto. Este programa debería prestar especial atención a "mujeres y niñas en riesgo, personas con necesidades médicas o con discapacidades y otras necesidades especiales de protección.

Amnistía también ha solicitado la eliminación de "todo tipo de visados" para los refugiados sirios, incluidos el permiso de tránsito, que es el que están recibiendo la mayoría de las personas que escapan de la guerra civil. Las propuestas de la ONG se completan con "apoyo técnico y financiero a los países vecinos de Siria", según un comunicado.

Amnistía Internacional ha aplaudido el compromiso de las autoridades españolas de "desbloquear los recursos necesarios" para "paliar el drama" de los refugiados sirios, pero ha avisado de que "queda mucho por hacer" porque la oferta de reasentamientos se limitó en 2013 a "30 personas", el segundo menor cupo de entre los países europeos, sólo por detrás de Hungría.

TRASLADOS FORZOSOS

Amnistía Internacional ha difundido el informe 'Restricciones crecientes, condiciones duras: los apuros de quienes huyen de Siria a Jordania', con el que quiere poner de manifiesto las presiones fronterizas a los refugiados sirios y que, en muchos de los casos, se traducen en traslados forzosos.

Para el director del programa para Oriente Próximo y el norte de África de Amnistía, Philip Luther, "es inaceptable que los países vecinos estén negando la admisión a decenas de personas procedentes de Siria, incluidas familias con niños pequeños que buscan refugio frente a los combates".

"Las personas que huyen de Siria a Jordania y otros países de la región se están encontrando con el obstáculo de unas restricciones fronterizas cada vez más fuertes", ha advertido, al referirse a una población que, en muchos casos, "ya lo han perdido todo".

La ONG ha pedido a los países vecinos a Siria que mantengan sus fronteras "abiertas". Luther ha apuntado que la "tensión enorme" que registran estos países por la masiva llegada de personas no puede servir como "excusa" para negar la entada o "devolver a personas al conflicto y la crisis humanitaria".

El llamamiento se hace extensible también a la comunidad internacional, a la que la organización exige que "redoble sus esfuerzos" para colaborar con los países que están recibiendo el mayor flujo de refugiados.

Desde que comenzó el conflicto en Siria, hace más de dos años y medio, dos millones de personas han cruzado las fronteras de este país, lo que supone la "crisis humanitaria más grave de la década", según Amnistía. Además, la guerra también ha generado más de 4,2 millones de desplazados internos.

EL CASO JORDANO

Amnistía Internacional recoge de forma particular el caso de Jordania, donde las autoridades han mantenido una doble política. Así, mientras sostienen que la frontera está abierta para quienes escapan de los enfrentamientos en la vecina Siria, Amnistía ha constatado que estas buenas intenciones no siempre se aplican en la práctica.

Jordania estaría limitando la entrada a cuatro tipos de personas: refugiados palestinos e iraquíes procedentes de Siria, personas que carecen de documentos de identidad y hombres no acompañados que no pueden demostrar lazos familiares en Jordania.

Las restricciones han terminado por dejar a "miles de personas" atrapadas "indefinidamente" cerca de la frontera con Jordania, pese a que en teoría los refugiados tienen derecho a protección internacional. "La devolución a Siria de estas personas constituye una espantosa violación de las normas de Derechos Humanos", ha expresado Luther.

Una mujer con seis hijos ha explicado a Amnistía que los funcionarios jordanos les obligaron a dar la vuelta y les sellaron los pasaportes con el mensaje: "Volver dentro de un mes". Tras esta decisión administrativa, la madre y sus hijos se vieron obligada a dormir en la carretera junto a otro centenar de familias, comiendo fruta de árboles cercanos. Un mes después, las autoridades jornadas volvieron a denegarles la entrada y se vieron obligados a regresar a una localidad siria cercana.

La situación en la que se encuentran los miles de refugiados que residen ahora en Jordania tampoco es mucho mejor. En el campo de Zaatri, donde viven unas 120.000 personas, los refugiados han alertado a Amnistía de que tienen dificultades de acceso a servicios básicos y a un mínimo nivel de vida.

Entre los problemas citados figuran, según el informe, falta de agua potable, altos niveles de criminalidad y escasa tasa de escolarización. Amnistía Internacional ha indicado que niños de incluso doce años trabajan para ayudar a las familias y no asisten a clases.

La violencia sexual y el acoso también es un miedo recurrente entre la población femenina del campamento. Muchas han reconocido que no se atreven a ir al baño solas por la noche, hasta el punto de que los médicos alertan de que hay cada vez más infecciones urinarias por aguantar sin orinar durante largos periodos.

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