Actualizado 06/04/2010 19:24

El CICR comienza varios programas de asistencia para más de 100.000 personas en Níger y Malí


MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha iniciado varios programas de asistencia para más 100.000 personas afectadas por las malas condiciones meteorológicas y la violencia en la región septentrional de Níger y Malí.

La situación es particularmente difícil en las localidades de Ansongo y Menaka, en la región septentrional de Malí, donde hay más de un millón de personas afectadas por inseguridad alimentaria, afirma la organización en un comunicado. Por otro lado, el Gobierno de Níger estima que más de la mitad de la población --unos ocho millones de personas-- padece inseguridad alimentaria moderada o grave.

"En 2009 las precipitaciones fueron ocasionales, situándose en un 70 por ciento por debajo de la media anual. Debido a las condiciones climáticas y a la dificultad de viajar en las zonas afectadas por la violencia, las cosechas fueron pobres, la población se ha ido quedando sin alimentos y escasean los pastos para el ganado", aseguró el jefe de la misión encargada de las actividades del CICR en esta zona, Nicolai Panke.

Panke aseguró que, a raíz de los actos esporádicos de violencia ocurridos en ciertas comunidades, miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, engrosando las filas de los desplazados internos. Asimismo, ha hecho un llamamiento a los donantes para conseguir más presupuesto, que con la nueva suma ascenderá a más de 25 millones de euros.

El CICR también proyecta distribuir alimentos durante ocho meses a unas 85.000 personas así como semillas y aperos, junto con capacitación y otro tipo de apoyo a más de 40.000 personas, para que puedan reanudar sus tareas de labranza. Además, se comprarán 22.000 cabezas de ganado por el precio anterior a la crisis a unos 45.000 pastores nómadas, con lo que se recortarán los rebaños y se posibilitará la supervivencia de las demás reses, lo que a su vez servirá para inyectar liquidez y lograr la estabilidad de los precios en la economía local.

Aunque el año pasado disminuyeron los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los grupos armados de oposición en las regiones septentrionales de Níger y Malí, se recrudeció la violencia en lugares como Ansongo, en Malí, y en Níger en la localidad de Tillabéry, lo que ha obligado a miles de personas a abandonar provisionalmente sus hogares. "No sólo ayudaremos a los desplazados que han perdido todo lo que poseían, sino también a los residentes y los que han regresado y son vulnerables, que también padecen los estragos de la crisis", añadió Panke.