Actualizado 05/02/2013 16:09

Cien millones de mujeres sufren mutilación genital femenina

Campaña de mutilación genital femenina
EUROPA PRESS

ONG alertan de que miles de niñas también están en riesgo en España


MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

Más de cien millones de mujeres sufren en el mundo Mutilación Genital Femenina (MGF), en su mayoría en los países africanos, pero no sólo en el Tercer Mundo. Las ONG, alertan, como todos los años por estas fechas --este miércoles 6 de febrero se celebra el Día Mundial contra la Ablación--, que en el Primer Mundo, y también en España, miles de niñas también están en riesgo de sufrir esta práctica.

Según UNICEF, es además "una de las violaciones de los derechos humanos más persistentes, omnipresentes y silenciosamente tolerada". or ello, la organizaciones que trabajan en este campo centran sus campañas de información, dentro y fuera de cualquier frontera, además de en concienciar en mostrar las evidencias científicas de las consecuencias que esta práctica tiene para las mujeres y niñas que la sufren.

En lo que a cifras se refiere, aquellos países en los que esta costumbre está más extendida son Somalia (con un 98% de casos de mujeres, de entre 15 y 49 años), Guinea (96%), Sierra Leona (94%) y Malí (92%), según datos de la ONG World Vision mientras que O'dam ONGd alerta de que, a diario, cerca de 8.000 niñas están en riesgo de sufrir MGF.

En España, se calcula que cerca de 10.500 niñas estaban en 2010 en riesgo de sufrir la ablación, según datos del Mapa de Mutilación Genital Femenina en España elaborado por el Grupo Interdisciplinar para la Prevención y el Estudio de las Prácticas Tradicionales Perjudiciales (GIPE/PTP) en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

En declaraciones a Europa Press, la responsable de Proyectos de World Vision, Susanna Oliver Palazón, ha indicado que, a pesar de que esta práctica está prohibida en España, "lo más frecuente es que se practique la ablación a las niñas en los viajes que éstas hacen a sus países de origen, por ejemplo, durante las vacaciones".

En todo caso, puede perseguirse porque el Código Penal español recoge, en sus artículos 149 y 150, una referencia específica a la ablación que contempla penas de entre seis meses y hasta doce años y retirada de la patria potestad. Además, en 2005 la legislación española se modificó para permitir la persecución extraterritorial de la práctica de la mutilación genital femenina.

Por este motivo, Oliver considera "vital coordinar esfuerzos de prevención entre escuelas, centros de salud, servicios sociales, ONG que trabajan con inmigrantes y ONG que trabajan en países de origen y policía". Además, indica que hay que hacer entender a los ciudadanos que esta realidad "está al lado de casa", con información "para que entiendan porqué esta práctica se perpetúa", yendo "más allá del horror" que supone.

"Lo más importante es que las comunidades practicantes y las mujeres en particular lleguen a la convicción de la necesidad de abandonar esta práctica que atenta contra su integridad física y su salud", enfatiza Oliver, que también insiste en el papel de campañas de información en los países de origen, donde "se avanza pero muy lentamente". "Además, se ven pocos cambios por grupo etario, lo que indica que las nuevas generaciones están muy influenciadas por las creencias y prácticas de sus familias y comunidades", denuncia.

En cuanto a la influencia de la crisis en los casos de ablación en el mundo, Oliver explica que "los resultados de las acciones que se llevan a cabo para prevenir la ablación no se dan a corto plazo, con lo que no hay cifras al respecto". No obstante, lamenta que se haya producido un descenso "tanto las subvenciones como las donaciones de empresas y particulares".

PRIMERA CONDENA DE LA ONU EN 2012

El pasado 27 de noviembre, la Asamblea General de la ONU aprobó por primera vez una resolución que condena la mutilación genital femenina (MGF), exigiendo a los estados miembros su prohibición y castigo, al considerar que se trata "de un atropello irreparable e irreversible que niega los derechos humanos de las mujeres y las niñas", además de recordar que supone "una amenaza para la salud mental, sexual y reproductiva de las mujeres y puede incrementar su vulnerabilidad al VIH".

"Aunque la condena debe ser el último recurso, ayuda en la lucha contra la práctica", asevera Oliver. Por su parte, la profesora del departamento de Antropología Social y Cultural y coordinadora del GIPE/PTP, Adriana Kaplan, ha subrayado que "una resolución de Naciones Unidas tiene mucha fuerza y es un marco de referencia a partir del cual poder negociar con los gobiernos que apoyan la mutilación".

En cualquier caso, Kaplan --que también es directora de la Fundación Wassu de la UAB-- aboga por "la investigación aplicada a la transfarencia del conocimiento en cascada", es decir, "transmitir los resultados a través de evidencias científicas hasta llegar a las raíces del problema".

En este punto, la antropóloga hace alusión al caso de Gambia, donde un 48 por ciento de los profesionales médicos está a favor de la ablación. Por ello, el Gobierno usa los datos existentes sobre MGF para sensibilizar a líderes religiosos y parlamentarios en la promoción de una ley contra la mutilación, un conocimiento que también se transfiere a las universidades para que "los estudiantes sepan que la ablación también es un problema para la salud", y a las comadronas y a los que llevan a cabo la circuncisión.

"No se puede hablar de Derechos Humanos cuando no hay agua potable, lo que hay que hacer es identificar las consecuencias de la MGF", relata Kaplan ya que, entre otros efectos, conlleva: dolencias como formación de quistes, infecciones del tracto urinario, cicatrices de neuroma, dolor durante la actividad sexual, aumento en la susceptibilidad ante el sida, la hepatitis y otras enfermedades inflamatorias de la pelvis, infertilidad, menstruación dolorosa, obstrucción crónica del tracto urinario y piedras en la vejiga, incontinencia urinaria, parto obstruido y un aumento en el riesgo de hemorragias.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos, que de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Tiene tres manifestaciones principales, la escisión del prepucio, con o sin escisión parcial o total del clítoris; la escisión del clítoris, con escisión total o parcial de los labios menores y la escisión total o parcial de los genitales externos y sutura/estrechamiento de la apertura vaginal (infibulación).