Actualizado 21/12/2010 11:47

Comisión Europea archiva una queja de Greenpeace que denunciaba la permisividad de España en el contrabando de maderas

MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea ha archivado una queja presentada por la organización ecologista Greenpeace, en marzo de 2009, en la que denunciaba la permisividad del Estado español en cuanto al contrabando de maderas protegidas, según ha informado Greenpeace. Para la organización, esta actitud de España supone el incumplimiento del Convenio CITES, un acuerdo internacional sobre comercio de especies amenazadas de fauna y flora silvestres que persigue preservar la conservación de las especies mediante el control de su comercio.

La noticia ha cogido a la organización "por sorpresa" y han asegurado que esta decisión demuestra que al organismo europeo "no le interesa el incumplimiento del Convenio CITES en España". Así, el responsable de la Campaña de Bosques y Clima, Miguel Ángel Soto, ha apuntado que les han hecho "perder el tiempo durante casi dos años sin ningún interés por aclarar el asunto".

Además, ha denunciado que no se les ha explicado el motivo del cierre del expediente y ha asegurado que "no se han molestado en averiguar las razones por las que ninguna de las operaciones policiales contra el contrabando de maderas incluidas en CITES ha acabado en sanción". "Se han limitado en dar por buenas las respuestas de las mismas instancias que han permitido que el contrabando de maderas preciosas protegidas quede impune en España", ha añadido Soto.

El responsable de la Campaña de Bosques y Clima de Greenpeace ha explicado que en la queja se denunciaba cómo algunas empresas del sector de la madera importaban especies protegidas de este material por el Convenio CITES bajo otras denominaciones con el objeto de burlar los controles aduaneros.

Como ejemplo, en el informe presentado a la comisión, los ecologistas recogen que entre los años 2003 y 2006 la Guardia Civil intervino más de 55 toneladas de madera de palosanto de río (en peligro de extinción) procedente América del Sur y cuyo comercio está prohibido. Según han apuntado, el palo santo de río se introducía en España bajo los nombres de caviuna, jacaranda o pitomba. Algo similar ocurría con la caoba de hoja ancha, que se encubría como cedro.