Actualizado 04/04/2013 17:25

Crece en 56 especies la lista de aves en España en los últimos 7 años, de ellas el 36% son "rarezas", según SEO/Birdlife

Crías Cisne Negro
TERRA NATURA


MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La lista de las aves de España ha incorporado 56 nuevas especies en los últimos siete años, según SEO/Birdlife --ONG autora de este inventario--, con lo que, en total, hay 569 especies de aves, de las que el 36 por ciento (206) son "rarezas".

Así, la avifauna española ha crecido desde 2005 en 56 nuevas, según la actualización de la Lista de aves, que añade que los modernos estudios genéticos dan fe del aumento de aves "divagantes o raras", que se deben al mayor número de observadores en el campo y a la aclimatación de especies foráneas son los factores de este incremento.

El comité de rarezas de SEO/Birdlife determina, tras un análisis pormenorizado cuándo exactamente una especie pasa a formar parte del catálogo. De este modo, la lista cambia en función de los avances científicos, como los estudios genéticos que llegan a cambiar el rango de antiguas formas o variedades, que ahora son consideradas especies, como el caso del herrerillo canario o el rabilargo ibérico.

Además, SEO/Birdlife explica que hay formas que cambian de nombre gracias a los estudios taxonómicos de afinidad entre ellas. Es el caso de la separación del antiguo género de los carboneros y herrerillos (Parus) en cinco: el del carbonero común; el de los herrerillos azules que son ahora (el común) y (el canario); el de los capuchinos y, a parte, el del carbonero garrapinos y el del palustre.

Asimismo, otros estudios científicos, como los que incluyen el marcaje de aves con técnicas de seguimiento por satélite o el análisis de isótopos también han aportado nuevas especies a la lista. Por ejemplo, un halcón sacre húngaro marcado con un emisor vía satélite viajó por España y llegó a África en 2009, demostrando que no todas las observaciones de esta especie son aves escapadas de cetrería, sino que podían incluir divagantes naturales.

Precisamente, han aumentado las citas homologadas de aves divagantes o raras, que suman 206 especies, el 36 por ciento de la lista, frente al 26 por ciento de hace cinco años.

En algunos casos, son especies que arriban ocasionalmente a España empujadas por fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, olas de frío polares o de calor africano. Por un lado, esto se debe a la estratégica situación de la península Ibérica, en una encrucijada entre rutas y áreas donde confluyen migrantes que van y vienen de Europa a África, pero también divagantes de Asia o América del Norte.

CANARIAS Y BALEARES LES ATRAEN

Igualmente, los archipiélagos canario y balear suponen una fuente de adición de aquellas especies que alcanzan las islas en sus periplos marinos. El buitre dorsiblanco africano, el bisbita norteamericano, el piquero patirrojo o el paíño ventrinegro, muy raros en el contexto europeo, son algunos ejemplos.

Al mismo tiempo, la ONG subraya el "creciente interés" de los aficionados a la ornitología, así como la calidad de los recursos ópticos que permiten también mejores y más fiables observaciones.

La lista se ve engrosada por 15 especies introducidas o propias de otras latitudes que por la bonanza del clima o porque llegan de países más al norte, se han instalado en España, como el caso del ganso del Nilo.

De estas, seis son introducciones naturalizadas como el faisán, las cotorras de Kramer y argentina, o incluso pequeños pájaros de jaula capaces de sobrevivir en libertad, como el ruiseñor de Japón, el pico de coral senegalés o el bengalí rojo. Otro caso a destacar es una especie doméstica que se ha establecido en libertad en algunos puntos del país, la tórtola rosigrís. De este tipo de citas se encarga el Grupo de Aves Exóticas (GAE) de SEO/BirdLife, que posteriormente intercambia la información con el Comité de Rarezas.

Finalmente, entre las especies introducidas, el caso que presenta más variaciones es el de las poblaciones ya naturalizadas y establecidas en otros países europeos que llegan aquí asociadas a los movimientos naturales de las aves silvestres. Este es el caso de siete especies como el cisne negro, el ánsar chico, la barnacla canadiense, el ganso del Nilo, el pato mandarín, la malvasía canela y el ibis sagrado. Estas dos últimas provocan serios problemas de conservación en Europa por hibridarse con especies nativas, lo que hace necesario llevar a cabo acciones de control y manejo para evitar su expansión.