MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Con motivo de la conmemoración, el lunes, del Día Internacional de la Mujer, la ONG Entreculturas ha puesto en contraste la realidad que viven dos niñas soldado de República Democrática del Congo (RDC) y de Colombia para mostrar "el mismo sufrimiento", el de un mundo en que "los derechos de las niñas se ven vulnerados".
Tras analizar la situación de ambas niñas gracias al testimonio de una excombatiente de la guerrilla colombiana llamada María y el de la directora del Proyecto de Rehabilitación de niños y niñas soldado del Servicio Jesuita a Refugiados en la zona de Kivu, en República Democrática del Congo, María Calderón.
Según explicó la organización, la forma en que son captadas las mujeres en RDC y en Colombia "es muy diferente" porque mientras el 99 por ciento de las niñas que sirven en los grupos armados del Congo han sido forzadas para entrar en él, en Colombia, son las pequeñas quienes se acercan a las guerrillas huyendo se su propia situación de violencia familiar "y del abandono estatal en el que viven, sin saber que luego sufrirán lo mismo dentro del grupo armado".
En cuanto al papel de las niñas dentro de la guerrilla, tanto María como Calderón coinciden en que "la situación de violencia sexual que viven las mujeres dentro del grupo armado es uno de los mayores problemas". "Utilizadas como objetos sexuales y acompañantes de los altos cargos militares, las niñas muchas veces son obligadas a abortar", explica Entreculturas.
Además, ocupan otros roles dentro de la guerrilla, que son diferentes en cada uno de los países. Según Calderón, en RDC "Además de servir de acompañamiento sexual y de realizar las labores del hogar, se encargan de temas de brujería, hechizos, pócimas para que den fuerza a los grupos armados". En Colombia, sin embargo, las niñas "son un soldado más dentro de la estructura armada, y no se identifican ni exploran su condición de mujer".
Otra de las diferencias es la relación con la droga. Según la experiencia de Calderón en la RDC, los guerrilleros usan las drogas como medio para sentirse poderosos en el campo de batalla y utilizan a las mujeres para que elaboren las pócimas y los rituales para su aplicación. En Colombia, sin embargo, "a pesar de que las drogas son una de las principales fuentes de financiación de las guerrillas, sólo pueden ser introducidas en los grupos a espaldas de los altos mandos". "Si metes algo de droga lo haces sin que te vea el comandante, porque eso tiene sanciones", apuntó María.
Entreculturas explica que la salida de los grupos armados es también diferente en ambos países. En Colombia, las niñas "no pueden volver con sus familias, puesto que viven en la misma zona que opera la guerrilla". "Como no se puede ubicar a los ex combatientes con sus familias porque es peligroso, lo que el Estado debería hacer es ubicar a las familias con el niño o a niña ex soldado. Pero no está haciéndolo", señala la organización.
En RDC, Calderón explica que, a pesar del rechazo que sufren por parte de sus familias y comunidades, las niñas vuelven a ellas e intentan olvidar lo vivido: "Por lo general no quieren recordar, puesto que es algo que les hace daño y hace que el resto no les acepte".
