Actualizado 01/03/2010 18:35

Las educadoras de la guardería de Sant Gregori (Girona) niegan cualquier maltrato o vejación

GIRONA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las cinco educadoras de la guardería de Sant Gregori (Girona) acusadas de delito contra la integridad moral de las personas, por posibles vejaciones a niños de la escuela, negaron esta mañana ante el juez tener cualquier relación con los hechos denunciados.

Estuvieron más de tres horas declarando en el juzgado de instrucción número 4 de Girona y a la salida, los abogados defensores explicaron que las cinco --cuatro maestras y la ex directora-- negaron de manera prácticamente íntegra los hechos. "Todo lo que son maltratos, irregularidades, mala praxis, han sido negado de manera contundente por todas ellas", aseguró el letrado Benet Salellas.

Salellas explicó que las profesoras explicaron que en el centro había diferentes maneras de enfocar el proyecto educativo --el de las que han puesto la denuncia y el de las denunciadas--. El letrado insistió en que los hechos que podrían tener carácter de delito, fueron negados.

La juez preguntó a las denunciadas sobre si habían pegado a algún niño, si alguien había tenido actitud de maltrato lanzando algún objeto o tirando agua a los pequeños, o si se los había puesto bajo la ducha o se los había atado y obligado a comer, relató Salellas.

Se entró en mucho detalle con el funcionamiento de la guardería, explicó el letrado, que a su vez quiso recordar que hasta día de hoy "la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del centro ha respaldado a las educadoras, ya que siguen trabajando en la guardería y ningún padre ha dejado de llevar a sus hijos a clase".

"Pensamos que en los próximos días se producirá una resolución de archivo del expediente en materia de responsabilidad civil", declaró Salellas. En el mismo sentido se pronunció otro abogado defensor, Manel Mir, que insistió en que "con las declaraciones de los padres del otro día y las de hoy, estas diligencias tendrán poco recorrido, no creo que lleguen a juicio".

Por todo, los abogados atribuyen todo el caso a una divergencia entre dos sectores dentro de la escuela, con un conflicto pedagógico-laboral, "que acabó degradando hasta un punto dónde no tendría que haberse llegado nunca", concluyó Salellas.