Actualizado 13/01/2010 09:04

Médicos sin Fronteras acusa a Italia de abandonar a los inmigrantes que trabajan en la agricultura


ROMA, 13 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -

La organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) denunció hoy "el continuo estado de abandono y la explotación" que sufren los inmigrantes que trabajan en el sector de la agricultura en sur de Italia.

Según el responsable de proyectos de MSF en Italia, Loris De Filippi, el clamor social que han generado los acontecimientos de Rosarno, donde los inmigrantes han ocasionado altercados como reacción al ataque cometido contra dos de ellos, deben servir para cambiar esta situación.

En realidad, MSF lleva años denunciando la deplorable situación en que viven estas personas, que se desplazan de una zona a otra en función del calendario de los cultivos. La Piana di Gioia Tauro, que es donde se encuentra Rosarno, atrae a los inmigrantes en invierno para la recolección de las naranjas.

Durante los meses que dura este trabajo, los inmigrantes, la mayor parte de los cuales trabajan en negro, viven "por debajo de los límites de supervivencia, como si estuvieran en campos de refugiados, sin ningún tipo de higiene ni acceso a agua potable", explicó la coordinadora médica de los proyectos que MSF lleva a cabo en estas zonas, Alessandra Tramontano.

La organización denunció que en todos estos años las autoridades tanto locales como estatales no han hecho casi nada por mejorar la inhumana situación en que viven estas personas. Es más, "algunas veces, la Policía ha obligado a los inmigrantes a desalojar la zona cuando la recolección ya había sido completada y el Producto Interior Bruto (PIB) estaba asegurado", resaltó Di Filippi.

El responsable de la organización también denunció "la hipocresía de fondo" de las autoridades ya que "todo el mundo sabe que el 60-70 % de las personas que trabajan en la agricultura lo hacen de modo irregular".

De hecho, este trabajo suele ser aceptado fácilmente por los inmigrantes sin papeles. Sin embargo, "la crisis ha hecho que este año vinieran a recoger la fruta muchos inmigrantes regulares que se han quedado sin trabajo", explicó Tramontano.

Tras los altercados de los últimos días, todos los inmigrantes que vivían en los campamentos de Rosarno se han ido. Y según afirmó hoy el ministro de Interior, Roberto Maroni, lo han hecho "por voluntad propia".

Unos 330, los cuales tenían los papeles en regla, decidieron irse por su cuenta, mientras que 748 fueron trasladados a otras ciudades del sur, como Crotone o Bari.

Según las cifras dadas hoy a conocer por Maroni, la gran mayoría de los inmigrantes tenía los papeles en regla. Los indocumentados, unos 283, serán trasladados a centros de identificación y expulsión, mientras que algunos de ellos serán arrestados por no haber obedecido la orden de abandonar el territorio nacional en el pasado.