Actualizado 07/03/2013 20:02

MSF alerta del deterioro de las estructuras sanitarias en Siria y pide a régimen y rebeldes que le dejen trabajar

Advierte de la falta de atención sanitaria a pacientes con enfermedades crónicas y de la escasez de medicamentos y vacunas


MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras ha alertado este miércoles de la grave situación en que se encuentran las estructuras sanitarias sirias por la destrucción y los daños causados por la guerra, al tiempo que ha hecho un llamamiento a los rebeldes y al régimen que preside Bashar al Assad para que dejen trabajar a las organizaciones de ayuda humanitaria en las zonas que controlan.

En un encuentro con la prensa en la sede de la ONG en Madrid, la responsable de la Unidad de Emergencia de MSF, Teresa Sancristóval, y la coordinadora médica de la Unidad de Emergencias de MSF en Siria, Miriam Alía, han explicado la deficiente situación de las estructuras sanitarias en Siria, con un 57 por ciento de los centros dañados por el conflicto y un 36 por ciento de las infraestructuras totalmente "inoperativas", sin contar los centros clandestinos habilitados en las zonas controladas por los rebeldes que también han sufrido ataques.

Tras su experiencia trabajando en los hospitales gestionados por MSF en el norte de Siria, las dos responsables de la ONG han hecho hincapié en que los heridos se han convertido en "parte del conflicto" en Siria porque se exponen a ser arrestados, secuestrados o torturados cuando acuden a recibir atención médica.

MSF gestiona en la actualidad tres hospitales en el norte de Siria, en zonas controladas por los rebeldes, en los que ha atendido a unos 16.000 pacientes y ha practicado unas 1.560 intervenciones quirúrgicas, además de las ayudas directas prestadas a hospitales y centros médicos de las zonas controladas por los sublevados y por las fuerzas del régimen y los planes de formación y el asesoramiento por videoconferencia para médicos y enfermeros.

Sancristóval y Alía han hecho un llamamiento a los rebeldes y al régimen sirio para que permita el trabajo de las organizaciones de ayuda humanitaria, especialmente la atención a los heridos y a los civiles enfermos en cualquier zona del país. MSF está trabajando en la actualidad en la zona norte, controlada por los sublevados, y está a la espera de que el régimen le autorice para poder prestar atención sanitaria en las zonas bajo control gubernamental. El pasado mes de diciembre, un equipo de esta ONG pudo visitar Damasco, con permiso del régimen, y ahora espera la respuesta para empezar a trabajar en la zona gubernamental.

Las dos responsables de MSF han advertido de que la atención sanitaria se está centrando únicamente en los heridos de guerra, dejando de lado a los enfermos crónicos, como quienes padecen diabetes o asma o los que necesitan diálisis, y a las personas que sufren dolencias no provocadas por el conflicto. Sancristóval y Alía han asegurado que los centros de MSF realizan amputaciones de miembros "prácticamente todas las semanas" y han advertido de que no hay prótesis disponibles ni tampoco se pueden realizar tratamientos a largo plazo.

"EFECTOS DEVASTADORES" EN LAS EMBARAZADAS

En este contexto, han relatado las dificultades que están afrontando las mujeres embarazadas que precisan atención médica para el parto y han alertado de que están aumentando los abortos, las complicaciones en la gestación y el parto y los partos prematuros. "La guerra tiene efectos devastadores sobre las mujeres embarazadas", ha afirmado Alía.

Sancristóval y Alía han subrayado, además, que Siria sufre una importante escasez de medicamentos, por lo que depende totalmente de las donaciones de otros países y organizaciones para poder dispensar vacunas y medicinas.

Las dos responsables de la ONG han advertido de que la precaria situación del sistema sanitario y la falta de atención a los enfermos que no son heridos de guerra está situando a la población civil siria ante un mayor riesgo y han puesto como ejemplo que en la región del Deir el Zor se han registrado 1.200 casos de fiebre tifoidea --que puede llegar a ser mortal-- y 450 casos de leishmaniosis cutánea en los últimos meses.

También han subrayado las dificultades que tienen las pocas organizaciones no gubernamentales que trabajan en Siria para cruzar las líneas del frente por el riesgo que supone el tránsito como por el temor de que los combatientes de uno u otro lado ataquen a los cooperantes por creer que trabajan para el enemigo.

En cuanto a la vacunación, Sancristóval y Alía han asegurado que hay regiones de Siria que llevan 18 meses sin campañas de vacunación para su población, lo que aumenta el riesgo de coger enfermedades como el sarampión o la tuberculosis.

Tras destacar la colaboración del Gobierno de Turquía en la atención sanitaria a los heridos que llegan desde Siria, han advertido de que las capacidades de los países vecinos de Siria para seguir atendiendo a refugiados están "empezando a colapsarse" y han reclamado a estos países que dejen trabajar a las organizaciones de ayuda humanitaria presentes en la zona. En esta misma línea, han dejado claro que la situación de los desplazados internos en Siria es "muy delicada", toda vez que están alojados en cualquier sitio y, en muchos casos, no reciben ningún tipo de asistencia humanitaria.

Las dos responsables de MSF han incidido en que el sistema sanitario sirio ha quedado totalmente "desestructurado" y ahora se basa en el funcionamiento de centros clandestinos habilitados en lugares como garajes y escuelas, con "una capacidad limitada" y atendidos por voluntarios, toda vez que muchos médicos y enfermeros han huido de sus centros de trabajo por temor a la represión de las fuerzas del régimen o de los rebeldes.

Además de los efectos de las bajas temperaturas del invierno, unidas a la escasez de combustible y energía que sufre la población civil, Sancristóval y Alía han alertado de la falta de atención que sufren las personas que padecen problemas psicológicos, muchos de ellos derivados de los dos años de conflicto que ha tenido el país desde el inicio de la revuelta contra el régimen que preside Bashar al Assad, a mediados de marzo de 2011.