Actualizado 03/07/2008 20:27

MSF pide al G8 que concrete medidas para ayudar a los más afectados por el encarecimiento de los alimentos

Entre tres y cinco millones de niños menores de dos años mueren anualmente por causa del hambre, según la ONG

MADRID, 3, (EUROPA PRESS)

Médicos Sin Fronteras (MSF) hizo un llamamiento hoy a los líderes del G8, que se reúnen la próxima semana en la localidad japonesa de Hokkaido, para que adopten medidas concretas para ayudar a las personas más afectadas por el acelerado encarecimiento en el precio de los alimentos. Además, la ONG recordó que la crisis del hambre es la responsable de la muerte de entre tres y cinco millones de niños menores de dos años anualmente.

"El 95% de los niños que padecen las formas más severas de desnutrición no reciben el tratamiento adecuado. Los líderes del G8 pueden dar los pasos necesarios para garantizar este tratamiento vital", denunció la doctora Susan Shepherd, asesora nutricionista de la Campaña de Acceso a Medicamentos Esenciales de MSF.

En un comunicado emitido hoy, la organización humanitaria apeló a los dirigentes de las ocho naciones más ricas del mundo para que "tomen decisiones contundentes" y proporcionen "fondos suficientes para los programas nutricionales y de ayuda alimentaria dirigidos a los niños", con el objetivo de reducir la desnutrición en el mundo.

"Hay una necesidad urgente de actuar ahora para aumentar el tratamiento a los niños que están en riesgo de desnutrición", añadió Shepherd.

Para poder desarrollar estrategias efectivas que puedan alimentar a cien millones de familias en todo el mundo, serían necesarios 8.000 millones de dólares, según estimaciones de la ONU. De esa cantidad, afirma MSF, 1.000 millones serían necesarios para tratar a los niños con mayores problemas de desnutrición.

Según MSF es necesario que los líderes del G8 garanticen el apoyo financiero necesario para que todos "los países afectados puedan ampliar sus programas de tratamiento" y las personas más necesitadas en estos países tengan acceso gratuito a alimentos que garanticen su nutrición.

La organización quiso resaltar también que la situación se agrava más si cabe en países como Somalia, Etiopía o Níger, que en estas épocas del año se enfrentan a un periodo de sequías prolongado. "El periodo de escasez alimentaria o 'hunger gap' entre cosechas además de la sequía han acarreado un aumento de la desnutrición", señaló la organización.

"La desnutrición es una emergencia crónica agravada por los crecientes precios de los alimentos", recordó MSF, que también quiso sensibilizar acerca de la situación de las familias que más acusan el encarecimiento de los bienes alimentarios. "Cuando los precios de los alimentos se elevan, las familias pobres deben suprimir de sus dietas los productos lácteos, los huevos y la carne, productos clave para asegurar que los menores de dos años crezcan adecuadamente y puedan defenderse de las enfermedades", concluyó el comunicado.

LAS PAPILLAS NUTRITIVAS NO SON SUFICIENTES

MSF recordó que da ayuda en Oromiya, y en otros proyectos en el sur de Etiopía, a más de 6.500 niños con desnutrición severa desde el mes de mayo, pero quiso señalar que la ayuda que se da a los menores, elaborada a base de papillas de maíz o de soja, es muy poco efectiva para reducir los niveles de desnutrición.

"Todos nosotros sabemos qué clase de alimentos necesitan los niños para crecer y estar saludables, de modo que ¿cómo es posible que los líderes del G8 estén satisfechos con el doble rasero que significa enviar alimentos que nunca les darían a sus propios hijos?", manifestó Shepherd.

Según la organización, el componente lácteo que llevaban las harinas enriquecidas para los niños fue suprimido de la ayuda alimentaria proporcionada por Estados Unidos en los últimos años de la década de los 80 por motivos meramente económicos, cuando empezaron a escasear los excedentes de leche. Por eso quiso recordar que las soluciones de bajo coste en estos casos pueden resultar peligrosas.

"Sin compromisos significativos, concretos y consistentes, estamos engañándonos al pensar que se puede tener un impacto en el tratamiento y la prevención de la desnutrición en los niños", concluyó la doctora.