Actualizado 22/01/2010 18:04

La Nobel de la Paz Shirin Ebadi pide a los españoles que presionen para que se aplique como antes la justicia universal


MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -

La premio Nobel de la Paz 2003, la iraní Shirin Ebadi, pidió hoy a los ciudadanos españoles que presionen a sus gobernantes y a sus legisladores para que el principio de justicia universal vuelva a aplicarse sin limitaciones y así puedan sentir "orgullo" de las leyes españolas.

Ebadi criticó el hecho de que el Congreso de los Diputados aprobase el pasado junio la limitación de las competencias de España en la persecución de delitos internacionales. Ahora España podrá seguir persiguiendo estos delitos siempre que no se haya iniciado otro proceso en un tribunal internacional, en el país de origen del investigado o en el Estado afectado por las actividades investigadas.

Con esta decisión, "España ha retrocedido (...), se ha alejado de la justicia" y ha "manchado su imagen internacional", opinó Ebadi. "Tienen que obligar a su Gobierno para que se pueda aplicar la justicia universal como es realmente, para que ustedes sientan orgullo", añadió la abogada, que reconoció que ella sí se siente "avergonzada" por las leyes que tiene su país.

La premio Nobel de la Paz afirmó en una conferencia organizada en Madrid por el Consejo General de la Abogacía Española que durante los últimos 30 años se han cometido "crímenes conta la Humanidad" en Irán que no se pueden denunciar ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) porque este país no ha firmado el tratado con el que se creó el tribunal.

Aunque existe la opción de que el Consejo de Seguridad de la ONU obligue a que se puedan presentar denuncias ante el TPI contra países no firmantes --como se ha hecho con el presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir--, Ebadi admitió que en el caso de Irán "no se puede" porque Rusia y China, miembros permanentes del Consejo (por tanto, con poder de veto), son "los grandes aliados económicos de Irán".

"Los Derechos Humanos son universales y van más allá de las fronteras de un Estado. Hay que luchar contra las violaciones de los Derechos Humanos, se produzcan en nuestro país o en cualquier otro lugar", subrayó.

LEYES IRANÍES

Ebadi enumeró la gran cantidad de retos a los que se enfrentan los abogados en Irán, como el hecho de que una parte de los letrados estén controlados por los jueces, que el acceso de los presos políticos a sus abogados esté severamente limitado o que quienes defienden a un preso político ante un tribunal se arriesguen a ser encarcelados por ello.

Asimismo, criticó duramente las "leyes inadecuadas" de la República Islámica que "no tienen nada que ver con la cultura iraní", como ciertos castigos --latigazos, lapidaciones, amputaciones, crucifixiones o ejecuciones de menores-- o algunas leyes que discriminan por motivos de sexo o religión.

"Lo peor es que para las leyes de Irán el amor es un delito peor que matar a otra persona", destacó Ebadi, que explicó que un asesinato puede quedar impune si la familia de la víctima perdona al agresor, mientras que una mujer adúltera debe ser lapidada, independientemente de si ha sido perdonada o no por su marido.

Igualmente, indicó que "el valor de la vida de una mujer es la mitad que el valor de la de un hombre", ya que, por ejemplo, si una mujer muere en un atentado terrorista, su familia recibiría una indemnización cuya cuantía sería la mitad que si fuera un hombre. Además, el testimonio de un hombre en un juicio equivale al de dos mujeres, agregó.

En cuanto a la discriminación de las leyes por motivos de religión, la abogada señaló que en Irán hay una religion oficial --el chiísmo--, otras que están reconocidas como religiones y otras que no. Los seguidores de estas últimas creencias "no tienen derechos políticos, sociales o culturales", aseguró. Como consecuencia de ello, dijo, "no pueden acceder a las universidades".

Además, "si entre los familiares de un difunto hay uno que es musulmán, toda la herencia será para él", señaló. Los castigos que se imponen por ciertos delitos también son distintos según la religión que profese la persona que los ha cometido; así, afirmó Ebadi, si un hombre y una mujer solteros mantienen relaciones sexuales, les corresponden 100 latigazos, pero si, por ejemplo, él es musulmán, puede ser condenado a pena de muerte.

"LA GENTE YA NO TIENE MIEDO"

Por otro lado, la premio Nobel de la Paz consideró que en Irán "la gente ya no tiene miedo al Gobierno" y por eso "expresa pacíficamente sus anhelos" en manifestaciones aunque las autoridades respondan "con balas y con cárcel". "La gente está cansada porque le han arrebatado su historia, su vida", y porque en un país "tan rico" como Irán, 20 de los 75 millones de habitantes que tiene "viven por debajo del umbral de la pobreza", recalcó.

Ante las violaciones de los Derechos Humanos que se producen en el país persa, Ebadi hizo un llamamiento: "Digan a sus gobernantes que no hablen con el Gobierno iraní sólo del tema nuclear, sino también de Derechos Humanos y de democracia".